BCCSAL000549-A-09000000000000
DE JESUCRISTO. 87 dades evidentemente claras para los que tienen religion: cuanto mas las meditan, mas las conocen; cuanto mas las conocen, mas las agradecen y aman: cuanto mas las aman , mas bien cumplen la voluntad de su Dios, y ved ahí unas verdades que lastimosamente afectan no comprender los incrédulos. Para ellos son abismos 1m>7 penetrables los espacios que antecedieron á la vida, y los que sub= seguirán despues de la muerte. Qué dolor , amados cristianos mios, ver á los incrédulosembarazados en los primeros elementos de 14 religion, que gloriosamente conoce y confiesa cualquiera de vos- otros! Finalmente , Dios no ha criado al hombre para vivir aislado en sí mismo , ni esto seria bueno: le ha criado sobre la tierra en compañía de otros hombres, á quienes debe mirar como hermanos, porque descienden todos de un solo hombre , y no forman mas que una familia esparcida sobre toda la superficie de la tierra. Éste eS el estado temporal del hombre. De estos principios, que todo racional debe admitir, siobstina- de no cierra los ojos de su alma para no verlos, se siguen dos pre- cisas consecuencias: la primera , que Dios debió dar á los hombres una ley; y la segunda , que esta ley debia necesariamente .con- traerse á las cuatro circunstancias de la condicion del hombre que acabamos de esponer. Esto es, una ley digna de su autor, propor- cionada á la naturaleza del hombre , conforme á su fin y convenien” te á su estado: ó de otro modo; debió darle una ley que pusiese al hombre en el órden respecto de Dios, respecto, del prójimo y respecto de sí mismo. No es esto? Indubitablemente. Pues vamos á los preceptos del amor que nos intima el Evangelio, y en ellos. ha- Maremos esta ley que pone en el órden todas las.cosas. Acércase á nuestro amable Jesus un escriba 6.doctor dela ley. y le pregunta: Maestro, cuál es el gran mandamiento de la ley? Le respondió Jesucristo: escucha Israel, el Señor tu Dios es el solo Dios, y tú amarás al Señor tu Dios con todo. tu corazon, con toda tu alma, con todo tu entendimiento y con todas tus fuerzas: este es el primer mandamiento; y vé aquí el segundo, «semejante á éste; tú amarás al prójimo .como.á tí mismo. No. hay mandamiento algu= no en la ley y en los profetas que nose comprenda en estos dos mandamientos, que son los mayores y mas grandes de la ley. Qué verdad tan luminosa, qué preceptos tan preciosos, lan perfectos y tanjustos! La ley natural nos los intima ; la ley mosáica nos los manda : la ley evangélica los adopta , los publica, los confirma. .y promueve su observancia. Con estos preceptos todas las cosas están
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz