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64 CONTRA LOS PRETESTOS No siendo suficiente este castigo para ablandar la obstinacion de Faraon, le aflije con inmensos enjambres de cínifes y moscas im- portunísimas, con peste horrible sobre todos los ganados, con úl- ceras pútridas, encanceradas y malignas en los hombres, que los hacian feísimos á la vista, y los atormentaban sobre manera. -Al sentir en sí mismos esta plaga los magos de Egipto , los hechice- ros , los impostores : al mirar aquellos prodigios que trataron de remedar y no pudieron, no se atrevian á presentarse á Faraon; peroal fin le hablaron , y convencidos de lo que tocaban con todos los sentidos , esclamaron: Pigitus Dei est hic. Admirable confe- sion de la verdad en unos hombres, cuya profesion é interés era engañar al rey y al pueblo con imposturas, y mantenerlos en la ilusion 1 Aquí anda el dedo de Dios , dijeron: no son bastantes las fuerzas de la naturaleza, ni las combinaciones ó transformaciones de la nigromancía , ni la astucia de los malignos: espíritus, para obrar estos prodigios: ellos son obras de la omnipotencia : aquí anda el dedo del Señor: Digitus Dei est hic. Podremos esperar una confesión tan sincera de los incrédulos instruidos? Al fin lo vere= mos. Pasemos ahora adelante con rapidez, porque falta mucho camino que andar. Faraon sigue endurecido, y las plagas continúan. Forma Moi- sés una tempestad espantosísima de truenos, relámpagos , rayos, fuego y granizo de un tamaño tan enorme cual jamás se habia vis- to en Egipto. Se espanta Faraon, se aturde, se aterra: y horrori= zado llama á Moisés y le dice: Peceavi etiam nunc : Dominus justus: ego et populus meus impii. He pecado tambien ahora como en otras ocasiones: Dios esjusto: mi pueblo y yo somos unos impíos. Rue- ga á Dios para que cesen los truenos, los relámpagos; el fuego y el granizo y te dejaré marchar con ta pueblo. Moisés ora; la tem- pestad cesa y Faraon no cumple lo prometido. Castígale de nuevo Moisés con un diluvio de langostas que devoraron todos los frutos de los campos sin dejar una hoja verde en todos ellos , y agravan: * do las plagas forma unas densísimas tinieblas , tan horribles; ose curas y palpables, que nadie se pudo mover en tres dias del sitio en que se hallaba, y quita la vida en una noche á todos los primo- génitos de Egipto desde el hijo del rey que se sentaba en su sólio hasta el del menor y mas pobre de sus vasallos. A este formidable golpe del brazo del Omnipotente despierta Faraon y escucha el clamor de su palacio y de todo Egipto, en que no se hallaba una casa sin difunto, y rendido al fiñv por los prodigios de Dios hechos
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