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DE LA RELIGION: CATOLICA 47 manos y hermanas, maridos y mujeres , criados y amos, vecinas y vecinos? Creerán ser-una religion de equidad, rectitud y justiz cia, en la que se ven tantos fraudes, engaños , usuras , simonías, hurtos , traiciones é injusticias ? Una religion de templanza y de modestia en que se advierten tantos escesos en las mesas, tanto lujo en los vestidos , tanta superfluidad y preciosidad en los mue- bles , cuando están clamando al cielo las deudas atrasadas, los lu- gares deteriorados, y sin pagar el salario de los criados, artesa-= nos y jornaleros ? Una religion de compasion y caridad en que hierven tantas envidias , se escuchan tan malignas murmuraciones, y se mira con tanta indiferencia y frialdad á los necesitados ? Una religion de desinterés y abnegacion con tan ambiciosas pretensio= nes, con una ánsia insaciable de riquezas, y una detestable ava- ricia en conservarlas sin utilidad del que las posee? Cómo com- pondremos una religion que modera las pasiones, que refrena los desordenados apetitos, con tanta sensualidad, tanta inmodestia, tanto libertinage en los que dicen que la observan? Ay Dios! de qué nos sirve vivir enmedio de la luz, si somos hijos de las tinie- blas? Ninive, Babilonia, Esparta, Grecia, nos confundirán en el juicio de Dios. Tenemos tanto respeto en nuestros templos, como los turcos en sus mezquitas? Observamos como los protestantes los dias festivos ? Ignoramos tantos vicios, como ignoraron los 'idóla= tras? Tenemos tantas virtudes morales , como muchos de ellos tu vieron? Ay de nosotros! Nuestros vicios deshonran la religion san- ta que profesamos, pero no la alteran , no la manchan;, no la cor- rompen. Ala manera del sol, pasan siempre sus rayos puros y su luz brillante sobre las lagunas cenagosas, y los vapores infectos sin contaminarse jamás, asi nuestra santa religion siempre reprueba, siempre condena nuestros vicios y muestros desórdenes, quedán. dose siempre pura é inmaculada: Lex Domini inmaculata. Tene- mos pues el primer carácter de divinidad en la religion católica que es la pureza de su doctrina. Veamos si tiene el carácter de perpetuidad, que es la materia de la SEGUNDA PAR TE. Es menester confesar como una verdad indisputable, que la verdadera religion debe haber tenido principio con el mundo; y durar hasta el fin y consumacion de los siglos. Si no abrazase todos

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