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46 SOBRE LA DIVINIDAD desde el Oriente al Ocidente se me ofrece en todo lugar una hóstia pura é inmaculada ? Cuál es esta, si no lo es la Eucaristía? Por último , será la religion de aquel pueblo , antes tan amado del Se- ñor, y ahora hecho la execracion de todos los pueblos ? Oh Israel! Oh desgraciada descendencia de una nacion tan favorecida del cie- lo en otros tiempos ! Dónde están tus templos , tus altares , tus sa- crificios , tus leyes y tus sacerdotes? Qué contraste entre tus anti- guas é ilustres profecias , y los modernos delirios de tus rabinos y talmudistas ! Es posible que aquel Dios omnipotente , que crió los cielos y la tierra, y trastornó tantas veces por favorecerte las le- yes de la naturaleza, no sea ya mas en nuestros dias que un Dios débil y sin fuerza , que lora inconsolable tu depravacion y tu pér- dida, sin tener poder para remediarte ? Es posible que este Dios santo y fiel, cuyas palabras eran siempre oráculos verdaderos é indubitables , cuyas promesas se cumplian siempre con prodigios y maravillas estupendas , no sea mas hoy que un Dios impostor que ha engañado á su pueblo, alimentándole por tantos siglos con la ilusion y la mentira? Es posible, 6 pueblo israelítico, que aquel Dios sapientísimo , que todo lo ve, todo lo conoce , Y que penetra con su vista hasta lo mas oculto de los corazones humanos, no es hoy mas que ua Dios estúpido y nécio, que emplea las cuatro pri- meras horas del dia en estudiar la ley, para comprender su inte- ligencia? Oh prodigio de estravagancia y de ceguedad! Pobre ra- zon humana reconócete. Cuando te ilumina la revelacion, marchas con rectitud por el camino verdadero y honesto: cuando la reve- lacion te abandona , nada hay en tí mas que tinieblas, estravíos y errores. Contempla las estravagancias del idólatra , las torpezas del musulman, la terquedad del hereje, y la obstinacion: del he» breo: contémplalo, y hallarás la verdadera y únicamente verdade- ra religion en el católico , apostólico , romano. Sola ella posee esta doctrina santa é inmaculada en sus dogmas, en su culto y en:su moral. Sola ella arroja de sí, á la manera del mar Océano, todo-lo estraño , todo lo impuro, quedando siempre incorruptible: Lex Domini inmaculata. Pero cristianos mios, con qué virtudes honramos -una religion tan santa ? Ay con qué vicios no la deshonramos ? Qué idea po- drian tomar de nuestra religion , si se juzgase por las costumbres de innumerables cristianos? Creerian que era una religion de amos aquella en que tantas enemistades se advierten, tantas disensiones se presentan, tantos odios se perpetuan entre padres é hijos , her-