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A94 CONTRA LA SOBERBIA. den y despedazan la honra, la estimacion y la fama : se descubren los defectos mas ocultos, se imputan los crímenes mas enormes: y despues de todo la maligna soberbia, quiere, á imitacion del Fari- seo, santificarse á si misma en los delitos que imputa á los demas. De dónde tantas maldiciones de las madres contra las hijas, de los amos contra los criados? De dónde tanto diablo, tanto demonio como se oye á cada paso de vuestras pestíferas lenguas: tantas ri- ñas de unas vecinas con otras por hagatelas y fruslerias que no merecen la pena de nombrarse? De dónde sino de la soberbia traen su orígen tantas pendencias, tantas heridas, tantas muertes? Sí, dice San Bernardo, (1) de la soberbia del corazon, con que cada uno se figura superior á los demas: de la soberbia de las palabras con que se injurian mútuamente las personas: de la soberbia de las obras, con que se hieren y maltratan; y de la soberbia, en fin, de los vestidos , con que se escandalizan. Sí , dice San Antonio de Padua : (2) el soberbio es la causa de todos los disturbios y desór- denes con el prójimo , porque él pisa á su inferior, menosprecia á su igual, éinsulta á su superior: Superbus conculcat inferiorem, dice el santo, contemmil eequalem, subsanat superiorem. Y ved abí como despues de haber insultado á Dios, é inquietadoá su prójimo viene tambien el soberbio á perjudicarse y desordenarse .á-sí mismo. Con efecto, amados mios: la soberbia desordena al hombre en las operaciones delalma, y en las funciones del cuerpo. El alma de un soberbio es como un meson abierto, en que lastimosamente hallan posada la ambicion, la vanagloria, la ostentacion, la ala- banza de sí mismo y la presuncion. Acompañado el soberbio de estas huéspedas malignas y fastidiosas, pretende elevarse sobre todos los demas , hacer el primer papel en el pueblo, obtener los empleos mas distinguidos para supeditar álos demas, y mantener- los en una miserable dependencia de sí mismo : se complace de las perfecciones que tiene, ó presume tener, de los talentos de su es- píritu, de la hermosura de su cuerpo, de la nobleza de su: linaje, del esplendor de su casa, de la preciosidad de los vestidos, ó de:la perfeccion de sus obras : consulta frecuentemente el espejo, camina con altanería y orgullo por los públicos paseos, y por las calles y plazas, y aun por los santos templos de Dios, pretendiendo en to- 1 Superbia cordis, oris, operis, et habitus. (S. Bern. serm. 3.) (2). Superbus conculcat inferiorem..... (S. Ant. Serm. Quadr.)
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