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CONTRÁ LA SOBERBIA, 489 bien y el mal, cuando se precipita en una inmensidad de males, que han llegado hasta nosotros, y comete una maltitud de pecados, des- obedeciendo á- Dios por dar gusto á su mujer, comiendo del árbol prohibido, escusando su pecado y refundiendo sobre el mismo Dios su culpa, diciendo que si habia pecado , era porque aquella mujer que el mismo Señor le habia dado por compañera, le habia preci- pitado: Mulier, quam dedisti mihi in sociam, dedit mihi de ligno, et comedi. (1) No veis ya, amados mios, cómola soberbia fué el priu- cipio de todo pecado en el cielo y en la tierra? No veis como la caida del ángel, y la prevaricación de Adan procedieron de la soberbia? Pero conocereis todavía mas esta verdad con el suceso de Antíoto , que con estension nos refiere la Escritura. Despues que el rey Antíoco venció á Tolomeo rey de Egipto, y sé apoderó de sus ciudades y riquezas, subió á Jerusalen con su ejército tritmfante, sus carros , sus elefantes y sus caballos; y en- trando lleno'de soberbia en el santo Templo de Dios, destruyó el altar de oro, despedazó los vasos sagrados, robó la plata, el oro y Cuantas “alhajas preciosas habia, sin embargo, que estaban destina- das al servicio del Señor, y se hallaban depositadas en el Santuario; y como si nada importáran estos sacrilegios y robos, aumentó sus pecados con la muerte cruel y violenta que mandó dar á innume- rables pérsonas, profanó el lugar Santo con la sangre de aquellos inocentes, destruyó sus muros y sus casas, pegó fuego á la ciudad, llevó cautivas las mujeres , arrebató los ganados, aniquiló las sa- gradas ceremonias, escandalizó las gentes, compeliéndolas á la ido- latría y á la impureza , abrasó cuantos libros santos pudo hallar; y convertido en un diablo malo para Israel, como dice la Escritura, aborcó los niños á presencia de sus madres, quitando tambien la vida á estas, porque los cireuncidaban en obedecimiento de los man- datos de Dios. Espantosa crueldad ! Hasta dónde llega un hombre que se deja dominar de la soberbia! Reflexionad profundamente sobre este suceso tan asombroso , y hallareis una multitud inmensa de pecados , producidos todos por la raiz envenenada de la sober- bia : robos, muertes, rapiñas, escándalos, torpezas, idolatrías, sacrilegios , crueldades, incendios, qué se yo... todos fueron efee- tos funestos de su soberbia: Et intravit ín sanctificationem cum su- perbia... accepil allare aureum, el universa vasa ejus... destrunil ($ Genes c. TI, v. 12

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