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488 CONTRA LA SOBERBIA. las verdades de la religion santa que profesan, no serian necesarias muchas palabras para demostrarles que la soberbia es aquella raja maligna y principio funesto de todos los pecados. Con solo mirar al cielo, á la tierra y al infierno, hallarian en todas partes funes- tísimos efectos de este pecado; pero como son tampocos los que reflexionan sobre las verdades que creen, y por una fatal desgracia no sea tan frecuente como debiera ser en los predicadores hablar á los fieles de esta raiz envenenada y gérmen maligno de todo vicio: no forman de su gravedad el concepto que se merece , Ni huyen de la soberbia con el horror que es debido ; y por esta causa no pode- mos dispensarnos clamar contra ella con toda la fuerza y caridad que nos sea posible. Levantad, pues, vuestro espíritu hácia el cielo, mirad á Lucifer como sale de la nada obedeciendo la voz del Omnipotente, que le cria en el principio, como á todas las criaturas ; pero adornado de tanta hermosura, de tanta sabiduría y gracia, que parecia la mayor obra de las manos del Señor. Vedle mirándose á sí mismo: y en vez de humillarse al Omnipotente, y servirle con fidelidad en agradecimieuto de haberle criado y favotecido., engreirse y enso- berbecerse hasta pretender la semejanza del Altísimo, y la inde- pendencia del sér de Dios. Miradle revolver el cielo, y convertir aquella tierna mansion de paz en teatro de una guerra cruel' y formar una division funesta, y un formidable cisma en la misma gloria: Michael et Angeli ejus preliabantur cum dracone, et draco pugnabat et anjeli ejus. (4) Terrible desgracia,amados mios! Apenas Dios eria á los ángeles , adornados de tantas gracias y misericordia que habian usado con ellos cuando la soberbia destruye áinnumera- bles, los-arroja á los braseros eternos convertidos en feísimos, de- monios. No bien Adan sale de lss manos de Dios formado á su imágen y semejanza, cuando es colocado en el Paraiso terrenal como Señor de las aves del cielo, de las bestias y frutos de la tierra, de los pe- ces del mar, y lo que es mas que todo, de los movimientos de su corazon y de todos sus deseos y apetitos. Adornado de la gracia santificante, y de la inocencia ó justicia original, con una sabiduría sublime y una hermosura admirable, era como un embeleso del mismo Dios que le habia criado. Pero apenas la soberbia se apodera de sucorazon, deseando indebidamente ser como Dios,-sabiendo del (0 Apocal. e. XI, v.7.
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