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j . i I Il ' 482 SOBRE La VERDADERA cion. El mismo Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, que tanto amaba á su madre, se separaba de ella, por ocuparse en sanar enfermos, resucitar muertos, ahuyentar demonios, enseñar á to- dos el camino del cielo , y entregarse del todo á las demas cosas que pertenecian á su mision, y á la mayor honra y gloria de su Eterno Padre. Nesciebatis quia in his que Patri mei sunt, oporlet me esse? (4) Ignorais acaso (dijo un dia 4 su Madre y al Santo José, que con dolor y pena le buscaban) no sabeis que yo debo ocupar- me en el cumplimiento de mi obligacien, llevando á ejecucion cuanto me manda mi Padre? No lo dudeis pues, amados mios: Je- sus, María y José, con todos los demas santos y cortesanos del cielo, os enseñan este camino. Todas sus voces no forman mas que este solo clamor: cumplid con vuestra obligacion; y esta es vuestra verdadera devocion. Por tanto, pecadores, pobrecillos pecadores de mi alma, des- echad esa vana confianza que teneis en vuestras devociones: con ellas nó os salvareis, mientras que no arrojeis de vuestras almas el vicio, y empeceis á practicar constantemente la virtud. Los san tos van delante de vosotros, enseñándoos con su ejemplo y su doe- trina lo que debeis practicar con Dios, con el prójimo y con: vos- otros mismos. Con Dios, resolviéndoos á-amarle con todo vuestro corazon, con todas vuestras fuerzas, y con toda vuestra voluntad; dirijiéndole todos vuestros pensamientos, palabras y obras,: para que con su gracia las santifique, y con su amor las perfeccione: temiéndole como á rectísimo juez , que os ha' de sentenciar segun el mérito de vuestras obras: teniéndole siempre presente en todos los lugares, en todos los tiempos y en todas las acciones, para que vayan acompañadas de la debida rectitud y perfeccion : creyendo en todas las verdades eternas, que como sapientísimo. y santísimo maestro se ha dignado enseñar y revelará su Iglesia: esperando en él como en vuestro bien sumo y vuestra verdadera felicidad, que os dará los auxilios necesarios para conseguirla : conformán- doos con sus adorables disposiciones, ya sean favorables, 6 ya ad- versas; recibiendo con paciencia los dolores, las enfermedades, la pobreza, las persecuciones y demas miserias, de que vivimos re- plbtos todos los hombres; como decia el Santo Jol;:(2) y admitien- 198. Luc. c. 11, v. 49. (1) Homo natus de muliere, brevivivens tempore:, repletur multis auiseciós (S. Jacob; e. XIV, y. 1.)

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