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$72 SOBRE LA VERDADERA des. Los hombres mas perdidos, las personas mas tibias en la vir tud y los cristianos mas fieles y fervorosos, todos hacen la córte á esta escelentísima virtud, con la diferencia que en los primeros es una devocion falsa, en los segundos una devoción imútil y en los terceros una deyocion provechosa. Necesitamos, pues, esta tarde reprender á los pecadores, desengañar á los tibios, y confirmar en sus buenos propósitos á los fervorosos. Escuchadme con toda vuestra atencion. Í. He dicho lo primero, y vuelvo á repetirlo, que los hombres mas perdidos, las gentes mas estragadas en los vicios tienen sus devociones, y se emplean algunas veces en varios ejercicios de piedad. Sus lábios , dice el Señor, (1) me honran; pero sueorazon huye de mi presencia. Ellos ponen su lengua en el cielo, sumer= giendo su corazon en el infierno. Y aunque sus pasiones los domi- nan, los vicios los arrastran, el mundo los vence y el demonio los engaña; todavía ellos, dejando reinar en su interior estos abomi- nables desórdenes, tributan al Sér supremo, en ciertos monumen- tos, algunos ejercicios de culto 'esterior. Válgame Dios, amados mios, y qué verdad tan terrible, pero tan práctica, tan universal, tan cierta! Es posible que un libertino, un mundano, un vicioso tengan sus devociones? Sin duda alguna. Pero cómo? Escuchadlo: un libertino, sin ley, sin religion y sin virtud: un hombre , que con un esterior aparente de probidad oculta un corazon indiferente en materia de religion y sin virtud : un hombre , que con esterior aparente de probidad oculta un corazon indiferente en materia de religion: que niega en su interior las inmutables verdades de la fé; que se burla de los ministros del Altísimo , como de unos hombres ilusos; y piensa ser lós monasterios como unas asambleas de hom- bres insensatos, inútiles y aun perjudiciales al Estado: ellos son, decia el Santo apóstol Tadeo, (2) unas nubes sin agua, agitadas y conmovidas de los vientos: unos árboles infructuosos é invernizos: unas cepas muertas y sin raiz de verdadera virtud: «olas encres- padas del mar embravecido, que despuman su propia confusion y su ignominia: estrellas errantes, á quienes está reservada la furiosa. tempestad y horrendo torbellino de las eternas tinieblas: unos hom- (1). Populus hic labiis me honorat, cor autem corum longe está we. (S. Matih. c. XV, v. 8.) a Nubes sine aqua, que d ventis circumferuntur, (Epist. D, Th a dei, Apost, y, 12.)