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Y «FALSA: DEVOCION. drt Santo Tográs., (1) lienen una voluntad generosa, pronta y -prepa- rada para entregarse á lodas las cosas que pertenecen al culto del: Señor: constantes y firmes en las santas prácticas que una Vez es tablecieron; activas y laboriosas para no omitir un ápice de. sus: obligaciones, por cualquiera devocion, por muy espiritual que pa- rezca: interiores y espirituales, por la compañía qué su: corazon hace á sus labios. Hay, pues, verdadera devocion en los justos, y falsa devocion en los pecadores: es forzoso que el ministro de:-la divina palabra desengañe á estos, fortilique á aquellos y propbr- cione á todos una sólida instruccion. Ponedla , oh Padre. de las misericordias y Dios de toda conse lacion, en mis lábios y en mi corazon, para que-yo se la comuni- que á estas almas: concededme, Señor, esta gracia: por-la in- tercesion de vuestra Madre Santísima , con cuyo patrocinio doy principio. Siempre la victud ha sido una cualidad recomendable. Siempre la verdadera devocion ba merecido los respetos de toúas las gentes, hasta de sus mismos enemigos. Por engañosa que sea una vida desarreglada y licenciosa: por mas progresos que haga:cada dia.la corrupcion de costumbres en el mundo: por contagioso que sea el: mal ejemplo, la piedad cristiana nada pierde de su pureza mide la estimacion que justamente le es debida. Aunque:el mundo, por Sus hechizos y atractivos, infatúe el espiritu débil delos hombres y corrompa el corazon con el veneno de sus perniciosas máximas, no todos se dejan arrastrar de la corriente; la doctrina sana y pura subsistirá siempre .en toda su fuerza, la razon brillará. siempre, los sentimientos de piedad jamás faltarán en muchos corazones has- ta la consumacion de los siglos. Por mas que la lozanía de una ju- ventud inconsiderada siga con descaro el desenfrenamiento de las costumbres : por mas que:las mujeres. del mundo anbelen con una desmedida vanidad por sobresalir y distinguirse, sin quedarles mas que una ligera superficie ó baño de religion, ésta les hará conocer y confesar á todos, que la devoción es una cualidad digna de rés- peto y que honra al que la posee. De esle principio proviene el que toda clase de personas quiere tener la honra y los privilegios que acompañan á la devocion, aunque muchas no tengan sus realida- (1) Devotio nihil aliud esse videtur quam voluntas quedam promp- te se tradendi ad'ed'que pertinent ad Dei famulatum. (S. Thom. 2, 2, q.82,a. 1.) )