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Y OBLIGACIONES DE LA AMISTAD. ñ47 vertirá su amigo sus defectos, para que apartándolos de si, consiga los bienes eternos que le desea. Es verdad, que para esto hay que tomar muchas precauciones para no dañar con la advertencia en vez de aprovechar. Es necesario hacernos cargo que un amigoes la medicina del alma, como dice la sabiduria: Medicamentum vite: (4) y esta medicina para que logre su efecto no se ha de aplicar con rigor , importunidad y desagrado, sino con tal prudencia, dulzura y oportunidad, que el mismo amigo conozca que su amigo le. de- sea todo bien, y que es un amigo cristiano, y no un cínico impor- tuno ó severo censor de su conducta. Qué ocasion mas oportuna para ganar un amigo el alma de su amigo, que sabiendo medita una venganza, acudir á él con presteza, y representarle fielmente la grandeza de ánimo que inspira la religion cuando manda perdo- nar las injurias , y amar á los enemigos, (2) y la pequeñez del corazon del hombre que se abate al vergonzoso deseo de vengar el agravio que le han hecho, como si hubiera un Dios justiciero que lo vengára: un Dios remunerador fidelísimo de las virtudes de sus criaturas, y rectísimo juez de su conducta? Qué tiempo mas á pro- pósito para que un amigo manifieste á su amigo la estimacion que le profesa, como al oir las frecuentes murmuraciones por su entra da en esas casas de sospecha donde la lujuria reina , donde el juego ruinoso y prohibido se frecuenta, donde la embriaguez domina , y donde todos los sentidos pastan libremente y con desenfreno en los prados vedados de la culpa? Qué tiempo, vuelyo á decir, mas á pro- pósito para representarle los muchos pecados que comete y hace cometer á los demas, las almas que arruina con sus escándalos, y el formidable juicio de Dios que vá atesorando para el dia de las divinas venganzas? Qué ocasion mas oportuna de ganar para Dios el alma de una doncella incauta, de una casada poco fiel, de una viuda nada retirada, como al escuchar los cortejos que mantiene, las. visitas que admite , y los eminentes peligros á que se espone, hacerla presente que el pudor, la honestidad y el recato fueron en todos los siglos el carácter mas apreciable de toda mujer de honor: que si los libertinos v los viciosos la aplauden, todos los hombres de juicio la.censuran, la condenan. y la abominan! Pero ay, que en vez de cumplir estas santas obligaciones, en vez de amonestar (1) Eccli. c. VI, y. 16. (2) Ego autem dico vobis: diligite inímicos vestros. (S. Matth. c. V.ván.

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