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Y OBLIGACIONES DE LA AMISTAD. 439 Y no es esto lo mismo que vemos todos los dias en el siglo en que vivimos? Quién ha ahogado el espiritu de piedad y los tiernos sen— timientos de la religion ea muchísimas familias cristianas de la h- glaterra, la Holanda y la Francia, sino la amistad con hombres li- bertinos é impíos que conducidos de su arrogante espiritu, y fas- cinados con las engañosas luces de sus brillantes talentos, han ri- diculizado las ceremonias mas santas de la Iglesia, burlado de los misterios mas sagrados é inventado para desterrar los saludables remordimientros de la conciencia los monstruosos sistemas del ateismo? Oh Dios inmortal ! y como vemos lleno de dolor cumplirse vuestro designio y divino oráculo en nuestros dias: Amicus stulto- rum similis efficietur. (1) Es verdad , direis, nosotros lo confesamos , que una juventud sencilla, erédula y sin esperiencia, que aun no se ha ¡instruido á fondo en los misterios de la religion, corre riesgo de pervertirse, cuando entabla amistades con hombres rebeldes á la luz del Evan- gelio; pero nosotros que ya nos hallamos en una edad en que no hacen impresion las novedades, y vivimos en un pais en que aun se creen con toda firmeza los adorables misterios de la fé , noten- dremos motivo justo de temer que las amistades nos perjudiquen, aunque sean con hombres de costumbres poco cristianas : si ellos son malos , para sí lo serán: su vida mala ó buena nos es indife= rente para mantener con ellos nuestra amistad. Válgame Dios, amados mios! Parece que habeis perdido el conocimiento de vos- otros mismos y de vuestro origen cuando bablais así. Ignorais ucaso que por mas virtaosos y ancianos que seais, la esperiencia y la fó vs enseñan que por el pecado original llevais en vuestro corazon principio de corrupcion, y una raiz maligna y dañosísima? Pues qué será darla fomento con la amistad de hombres malvados y vi- ciosos? Será forzosamente formarla en árbol frondoso , sobre cu- yas ramas habiten los diferentes vicios de que vuestros amigos se hallen infestados. De otra suerte no dirian las Santas Escrituras: no tengais amistad con los amadores del mundo, porque ella será funesta para vosotros: huid el trato del hombre colérico , no ten= gais amistad con el hombre furioso : uno y otro no pueden sino inspiraros su fogosa y desarreglada: pasion, hijo mio (todas son palabras de la sagrada Escritura las que voy diciendo), ah hijo mio] si los pecadores pretendea concaricias alraerte á su partido, 1) Prov. c. XUL, v. 20.

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