BCCSAL000549-A-09000000000000
Y OBLIGACIONES DE LA AMISTAD. 437 mas delicado, mas puro y razonable que se puede buscar en el mundo. La amistad mundana se acaba por los disgustos, las des- contianzas, los celos y las envidias: la amistad cristiana, como está fundada sobre la estimación y la virtud, ignora las desconfian- zas , los caprichos, los disgustos y las amarguras; pero es ne- cesario para esto saber evitarlos escollos de la amistad, y apar- tarse de sus peligros. Escuchadme ahora con toda vuestra atencion. Si la amistad procediese siempre de una perfecta union de co- razones, fundada sobre la virtud, y confirmada por la semejanza de unas costumbres honestas y cristianas, en vano me propondría descubrir en esta primera parte los escollos que se deben evitar, y los principios en que se corre riesgo de caer y perderse eterna- namente, cuando se entablan las amistades. Porque en efecto, qué podemos temer teniendo siempre por guía la virtud? cómo podemos corromper el santo candor de la inocencia, tratando solo con per- sonas sábias y de virtud conocida? De ninguna suerte, amados mios. Si la virtud fuera siempre el principio, medio y fin de nues- tras amistades, yo escusaria hablaros de sus peligros; pero es el caso que no siempre la tenemos por nuestra conductora para la eleccion de los amigos , sino un yo no sé qué, mas fácil de sentir y esperimentar en el corazon, que esplicarle con la lengua. Este es el que nos hace tomar amistad mas con una persona que con otra: este es el que nos causa mas complacencia en el alma, cuando trata- mos mascon unos que con otros: este es el que nos compele á man- tener la amistad con estos hasta la muerte, cuando con aquellos la dejamos por cualquier leve motivo. Y como esta inclinacion, esta simpatía, ó este yo no sé qué, todos le sentimos y ninguno le es- plicamos, es preciso decir que es como una cosa ciega envuelta en unas tinieblas horrorosas, que habita en el fondo del corazon hu- mano, y que debemos tomar la luz de una sábia y santa precau- cion, para no perdernos en un laberinto tan enredoso. Yo no dudo por tanto asegurar que vuestra condenacion es casi infalible, si para amigos no elegís unas personas llenas de rectitud en el es- píritu, y de probidad en las costumbres. Un espíritu rebelde á las luces de la fé, y un corazon corrompido con los vicios, son dos es- collos que debeis evitar en la eleccion de vuestros amigos. De otra suerte, ellos os perderán seguramente por sus malos consejos y perniciosos ejemplos. La esplicacion de estas dos verdades demous- trará la primera proposicion. Lo acabo de decir, y lo repito que un cristiano debe bus-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz