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nc ¡3 128 SOBRE LA ETERNIDAD. obedecer prontamente las órdenes del rey Asuero, no hubiera re- tardado un momento su ejecucion; pero no pensaba la infeliz que su marido Asuero la repudiara tan presto y tan irrevocablemente; mas sin pensarlo la sobrevino su desgracia: Egrediatur edicium. (4) Despáchese inmediatamente una órden, en que se haga saber á la reina Vasthi, que jamás vuelva á presentarse en palacio , porque habiéndola enviado á llamar el rey no quiso obedecerle; y comu- uíquese este decreto, escrito en diversas lenguas, á todas las pro- vincias de mi reino , para que entiendan las mujeres la subordi- nacion que han de tener á sus maridos : Egrediatur edictum... ne- guaquam ultra Vasthi ingrediatur ad regem. Gran rey Asuero, podríamos decirle , suspended un poco la ejecucion de ese rigo- roso decreto. Neguaquam. Nada hay que esperar. Permitid, Se- ñor, que demos primero aviso á la desgraciada reina, para que reconociendo su desobediencia, venga á postrarse a vuestros piés, y 0s pida useis con ella de misericordia: Nequaquam ingrediatur: no se vuelva jamás á poner en mi presencia: otra que sea mejor que ella recibirá el reino y la corona que ha perdido. Mirad, Señor, ss lágrimas, escuchad sus gemidos ; acordaos de tantos favores como la teneis hechos, del grande cariño que la profesa- bais, de los inocentes placeres con que os divertiais, y de la. ama- ble compañia que con su grande hermosura os habia: hecho por tantos años : Neguagurm : todo eso irrita mas mi justicia. Ha olvi- dado mis beneficios , hr desestimado mi amor , y ha ultrajado mi soberanía. No hay remedio, el decreto está pronunciado , su efecto es infalible, su contenido irrevocable: Nequiquam ingrediatar ad regem . sed regnum illius altera que melior est illa, accipiat. Triste ejemplo , carísimos oyentes, que nos advierte el destino de todos los pecadores , que llamados por: el Rey inmortal de los siglos Cristo Jesus, rehusan obedecerle, rehusan observar su san- ta y divina ley y-hacer dignos frutos de penitencia. Corramos al divino y tremendo tribunal de Jesucristo, y veamos lo que allí pasa con ellos. Llega un rencoroso , un hombre , una mujer, que han vi- vido enemistados con su prójimo , llenos de ódio y de mala volun- tad para con sus mismos padres y hermanos , llenos de malos de + seos , de malas palabras y malas obras : qué escuchan? El decreto de su irrevocable condenacion : Egrediatur edictum. Señor y Dios clementísimo, que ya conocen sus desórdenes; conacen que yos (15 Lib. Esther, e. 1, y. 19.
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