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e .. 422 SOBRE LA ETERNIDAD. ter entrar en una de estas dos elernidades, 6 para gozar para siempre ó para arder para siempre. Señoras doncellas, que vivís con inocencia y recato, huyendo de los peligros, vistiendo con modestia, obedeciendo á vuestros pa- dres, aplicándoos al cuidado de la casa, dedicándoos á la oracion y á la frecuencia de Sacramentos: Ne verearis usque ad mortem jus tificari. (4) No os detengais, ni volvais atrás del camino que habeis empezado: seguid constantes hasta la muerte en esa vida recia y sencilla, amables objetos á Dios, á los ángeles y á los hombres que observan la divina ley , si quereis recibir una palma de inmorta- lidad: Quoniam merces Dei manet in eternum. Señoras casadas, que obadientes á vuestros maridos, aplicadas á las ocupaciones domésticas, aborreceís los aliños escesivos, huís de los teatros y diversiones indecentes, para educar con vuestro ejemplo y doctrina á vuestros hijos en el santo temor de Dios y en cumplimiento de los divinos mandamientos: Von impediaris orare semper No san impedimento los eontínuos afanes de vuestra casa para levantar con frecuencia vuestro corazon al cielo, para que desciendansobre vuestras almas las bendiciones del Altisimo, y con ellas seais unas verdaderas madres de familias para vuestros hijos: unas perfectas casadas para vuestros maridos: y unas cris- tianas irreprensibles para con vuestro Dios, que coronara vuestros méritos con un premio elerao: Quoniam merces Deimanet in eler- NUM. 4 Señoras viudas, que en vuestro venerable estado vivís conti> nentes, desengañadas de que todas las cosas del mundo pasan como una sombra- y van á hundirse en el sepulcro, en donde se reducen á polvo las riquezas mas cuantiosas, las hermosuras mas perfectas, la mas antigua nobleza y el valor mas acreditado de los hombres: vosotras, que ilustradas de estos útiles conocimientos, aspirais solo a la eternidad con una vida devota, mortificada y edi- ficante, mo eeseis en vuestros piadosos ejerricios, continuad cons= tantes en la penitencia, haced el biea que podais á vuestros pró= limos , porque se os.acerca el premio elerno en el reino de los cie- jos: Quonian merces Dei manet in elernum. Señoressacerdotes, venerables religiosos, oid la voz de Dios: 1bit homo in domum eternitatis sue. Irá el hombre de la-clase, de! estado y de cualquiera condicion que sea, á la casa de su eterni- (1) Eccli. e. XVIIL v. 22.
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