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ROBRE La ETERNIDAD. 421 los Andrónicos y Vitelios; y aun llegar á ser el desprecio , la abo- minacion y el objeto del furor y la crueldad del pueblo , como los Luises de Francia en nuestros dias. Podemos llegar á una vejez muy avanzada, y podemos morir en este mismo dia: pode- mos llegar á ser santos; y podemos faltar en la perseverancia del bien, y morir abrumados del enorme peso del pecado. Lo que vosotros y yo no podemos, es dejar de ser eternos. Haced lo que querais mientras vivis, decia San Ambrosio; pero tened entendi- do que os aguarda necesariamente una eternidad de bien , Ó una eternidad de mal: In hane , vel in illam eternitate cadam necese est. (1) Como nuestra muerte está íntimamente unida á nuestra eterni- dad, y todos hemos de morir, siguese que todos forzosamente de- bemos entrar en la casa de nuestra eternidad. Si, señores: vos- otros y yo dentro de poco hemos de hallarnos con Dios en el cielo, ó con Lucifer en el infierno. En breves dias desapareceremos todos los presentes de sobre la tierra , y pasaremos... á dónde? Ay Dios mio! Desnudos de las galas. despojados de las riquezas, privados de los empleos, seprrad os de los parientes, sinmías amigos ni pro- tectores que nusstras buenas ó malas obras . nos acercaremos dla puerta de nuestra eternidad. Sí, de nuestra eternidad , aquella que nos hubiésemos ajenciado con la humildad , con la paciencia, con la pureza, con la caridad, con la mansedumbre; con la penitencia con la oracion y frecuencia de Sacramentos, y con el exacto cum= plimiento de nuestras obligaciones : ó aquella eternidad que hubié- semos mere-ido con nuestra soberbia, con nuestra intemperancia, can nuestra concupiscencia, con la insaciable avaricia de nuestro corazon, con-el desprecio de los pobres, y el abandono de los de- beres del cristianismo y de nuestro estado: bit homo in domum elernitatis sue. (2) Irá el hombre irremisiblemente , dice el Señor, á su eternidad del cielo merecido por sus virtudes, 6 á su eternidad del infierno ajenciado con sus pecados: In domum eternitatis sua Ea. sábios, buscad arbitrios para libraros de este inevitable des- tino. Ea, ricos, comprad remedios para evitar este golpe. Ea, re- yes, aprontad ejércitos, preparad escuadras , poned en movimien to toda la Lierra para no veros reducidos á este apuro. No hay re- medio: In hane, vel in illan eternitatem cudam nerese est. Es menes. 1) Ambros. super. Ps. CX VIH (2) Eecles. ce. XII, y. 5.
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