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412 SOBRE EL MODELO No sabeis vosolros que los provechosos rigores de la peniten- cía causa mas alegría en sus almas que todos los vanos entreteni- mientos del siglo? Si scires donum Dei. (1) Si vosotros supiérais que solamente la gracia de Jesucristo hace felices á las gentes, no la nobleza, no las riquezas , no las diversiones, no las galas, ni otra cosa alguna de la tierra, cómo las preferirías á todas ellas ! Cómo estimarías en mas una “onciencia quieta, una alma pura, un co- razon limpio, que los empleos, los espectáculos, los bailes, los enamoramientos, los adornos, las amistades y cuanto ciega ó des- lumbra á los mortales! Si scires donum Dei. Si vosotros supiérais la grandeza y preciosidad de este don de Dios, cómo le buscarías con toda el alma! Pues preguntádselo á aquella jóven que antes era el escándalo del pueblo, y es en el dia su mayor edificacion: Vides hanc mulierem? Ves esa mujer tan amiga de cortejos en algun tiem- po, tan vana en sus adornos, tan escandalosa en sus modas? Y: por la gracia de Jesucristo es otra Magdalena penitente. Se desnu- dó las galas supérfluas, destinándolas para la utilidad de sus pró- jimos, abandonó sus cortejos y amistades profanas, y en el retiro de su casa, en la constante aplicacion á sus quehaceres domésti- cos, en la oracion y frecuencia de Sacramentos , mantienen un co- razón puro, un corazon fervoroso y amante únicamente. de Dios: Vides hanc mulierem? Ves esa mujer casada tan inobediente á su marido, tan infiel en otro tiempo al matrimonio, tan olvidada del gobierno de su casa, tan asistente á los espectáculos y á los paseos públicos, tan soberbia y tan altiva? Pues ya no es la que antes era. La gracia de Jesucristo ha entrado en su alma, y la ha llenado de humildad en el trato con las gentes, de obediencia á su marido, de prudencia enel arreglo de su casa , de vigilancia en la educa- cion de su familia y de edificacion en su pueblo: Vides hane mu- lierem? Ves esa viuda que á pesar de los gritos que daban en suca- beza y corazon las canas y los años, todavía mantenia hasta poco há el aire, la libertad y la desenvoltura de la juventud mas inmo- desta y desahogada? Pues ya todo eso se acabó: fiel á las inspira - ciones divinas : sus ojos son dos fuentes de lágrimas para llorar sus desaciertos, sus manos dos severos verdugos para castigar las lo- zanías de su cuerpo, son sus piés dos conductores que la encaminan al templo, á los hospitales y á los enfermos , Vides hanc mulierem? Ves ese hombre de un génio áspero y feroz consu consorte, de una (1) S. Joan, c. TV, v. 6.
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