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392 SOBRE LA RESURRECCION tos, la del pensamiento mismo, era muy tarda y pesada á la pre- sencia de sus velocísimos movimientos: la sutileza del aire y de la luz era como una enorme mole, comparada con la espiritualidad de aquel glorioso cuerpo, al que asi como á un espíritu no podian impedir el paso las puertas cerradas del Cenáculo , la. pesada pie- dra del sepulcro, ni la natural impenetrabilidad de los peñascos y los demas irresistibles cuerpos: la impasibilidad escedia á los dia- mantes , á los bronces y á todos los demas cuerpos incapaces de padecer dolores , molestias é incomodidades. Qué majestad en su semblante ! Qué hermosura en sus ojos ! Qué gracia en su cuerpo! Qué santidad en su alma! Qué espectáculo tan adorable es en el cielo y en la tierra, y qué terrible y formidable para el infierno! Los magníficos triunfos de los emperadores en el dia de su mayor esplendor , cuando entraban en su córte con sns enemigos encade- nados entre la multitud de su pueblo, que con alegres vivas y fes- tivas músicas los celebraba y aplaudia, eran un tosco borron , una idea débil, un espectáculo feo y despreciable á la vista del glorioso dia de la Resurreccion de Jesucristo, en que el Señor encadena eternamente al carro de su triunfo el infierno y sus demonios, la muerte y sus cautivos , el pecado y sus prisioneros: Mec dies quam fecit Dominus exultemus, et letemur in ea. Este es el dia que hizo el Señor para alegrarnos religiosamente en él. Justos de la tierra, acompañad á los ángeles del cielo en publicar las glorias de vues> tro resucitado Salvador. Pobres pecadores , tratad sériamente en este dia de que se vea la claridad de vuestra espiritual resurreccion en vuestras buenas obras: la agilidad en la prontitud para toda obra virtuosa : la impasibilidad en resistir á todos vuestros enemi- gos, el mundo , el demonio y las pasiones; y la sutileza en conocer vuestros defectos, aun los mas ligeros , y vuestras imperfecciones las mas leves. Felices vosotros, si haceis un uso tan santo del adorable mis- terio de este dia! Felices, pues, será vuestra resurreccion como la del Salvador: quiero decir, una resurrección pronta y.no tarda, lenta y temerariamente diferida: una resurrección verdadera, y no figurada, aparente ó fantástica : una resurreccion entera, y no dimidiada : conocida y pública, y no oculta, ni cobarde y tímida; constante , y no reincidente : gloriosa, y no sujeta a las debilida- des y miserias que en esta vida nos rodean y aflijen. Esta es la resurrección que á los justos y á los pecadores nos interesa. Aque- la resurreccion que San Pablo cree, confiesa y esplica cuando