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o | . o 1 Í Ho E cmo 390 SOBRE LA RESURRECCIÓN grandes designios de Dios en su vida, durmió en el Señor otra vez, y permanecerá su cuerpo sepultado hasta el último de Jos tiempos, eu que con todo el género humano volverá su alma á unírsele in- separablemente. Esta general resurreccion será para todos perma- nente, invariable y perpétua : de eterna felicidad para los justos y de infelicidad eterna para los pecadores: la de aquellos por la conformidad á la Resurreccion de Jesucristo; y la de estos por la oposicion y contrariedad : la de aquellos por haber vivido inocen- tes 6 penitentes, mientras caminaron por el valle de lágrimas y miserias de este mundo; y la de estos por no haber tratado de jus- tificarse con la gracia de Jesucristo, ó de permanecer en su justi- ficacion con la fuga del mal y la práctica del bien: la de aquellos, porque agradecidos á las divinas misericordias obedecieron á los preceptos del Señor, vencieron sus pasiones y dieron buen ejem- plo 4 sus prójimos; y la de estos, porque ingratos á los benelicios divinos , pérfidos á las palabras que tantas veces habian dado á su Majestad de:serle fieles, y sacrílegos á los empeños sagrados que habian contraido con. el Señor, mancharon la ropa nupcial de la divina gracia que se les habia yestido en el sacrosanto bautismo, rescindieron los pactos que acababan de establecer con Dios, rein- cidiendo en nuevos vicios y dominados de sus desordenados apeti- tos, escandalizaron á sus prójimos. Qué dolor, amados hermanos mios , el ver tantas resurrecciones inconstantes en nuestros dias! Hoy confesando , y mañana maldiciendo, jurando y blasfemando! Hoy á los piés del confesor en traje de penitentes, y mañana car- gados escesivamente de vino, dando mal ejemplo á los hijos , dolor y sentimiento á sus mujeres, y causando inquietudes á sus vicios! Hoy comiendo las carnes virginales del Hijo de la Virgen, y maña- na profiriendo palabras indecentes con aquella misma boca que aun está humedecida con la sangre de Jesucristo! Hoy protestando que aborrecen los pecados, y mañana injuriando enormemente á sus prójimos , en su hacienda con los hurtos, en su estimacion con las calumnias y detracciones, y en-su vida con las pesadumbres. con los malos tratamientos, y acaso con las beridas y las muertes! Hoy en el altar, y mañana en la casa de la prostitucion ! Dios in- mortal! Cómo podremos llamar resucitad os á los que tan momen- táneamente permanecen en el estado de arrepentidos? Cómo po- dremos apellidar resurrecciones á las que no son otra cosa que unas perpétuas reincidencias? No, hermanos mios, no sea asi: Vosotros mismos conoceis que esta debilidad, esta inconstaucia.
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