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A A A 388 SOBRE LA RESURRECCIÓN toda justicia , obedecen en todos los preceptos, y practican toda virtud. Ellos saben que el transgresor de un mandamiento grave, es transgresor de la ley de Dios que prohibe, y llenos de un salu dable pavor por la terribilidad de esta divina sentencia , se es- fuerzan y animan á sí mismos para arribar á la santidad corres- pondiente á su estado, conociendo ser esta la voluntad del Señor: Hec est voluntas Dei sanctificatio vestra. (1) IV. La cuarta señal de la resurreccion de Jesucristo fué ser manifiesta. Por el dilatado espacio de cuarenta dias estuvo su di- vina Majestad en la tierra despues de resucitado, manifestándose en ellos con la mayor frecuencia , ya á su beatísima Madre María Santísima, ya á María Magdalena y sus compañeras, ya á San Pedro solamente , ya al mismo santo en compañía de los otros apóstoles, ya á los discípulos , y ya á los quinientos fieles de que habla San Pablo. En aquellos dias se dejaba ver el Señor unas ve- ces en el Cenáculo , otras en el mar de Galilea , otras en el mar de Tiberiades, otras en el camino de Emaús: toda esta nube lu- minosa de testigos, toda esta multitud de apariciones , toda esta diversidad de lugares, toda esta prodigiosa institucion de doctri- nas divinas que en aquel tiempo dió el Señor á los apóstoles y de- mas fieles, todo se dirijia á manifestar á los presentes, y. mandar que se publicase á todos los siglos, á todas las naciones y en todos los lugares este grande artículo de nuestra santa religion , sin cuya verdad seríamos, como dice San Pablo, los mas miserables de to- dos los hombres. De hecho , hermanos carísimos , tan convencidos se hallan los santos apóstoles de la resurrección de Jesucristo, que con toda firmeza. con la mas grande intrepidez,.y la mayor pu- blicidad , la creian , la confesaban , la predicaban en las sinago- gas, en las calles, en las plazas y en todas partes, sin que los destierros, las cárceles, los tormentos, ni la. muerte misma les pudieran intimidar, y hacer negar una verdad tan maniliesta: Virtule magna reddebant Apostoli testimonium resurrectionis Jesu Christi Domini nostri. (2) Modelo ilustre que debemos copiar no solo resucitando del pe- cado , sino manifestándolo con obras , y apareciendo y presentán- donos en las concurrencias y asambleas religiosas de los fieles: debemos asistir á los templos en la celebracion de los adorables (1) Epist. T. Div, Paul ad Thessa!. c. IV, v. 3 (2) Act. Apost. c..TV,y. 33.
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