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E a in 28 SOBRE LA NECESIDAD mo con que le adora. Dios se une al hombre manifestandole el ca- mino por donde debe andar, y el hombre se une á Dios marchan- do por el camino que Dios le ha señalado. Dios se une al hombre por las promesas que le hace, y el hombre se une á Dios, cum- pliendo las condiciones con que Dios se las ofrece. Dios se une aj hombre por las gracias con que le previene y los beneficios que le hace, y el hombre se une á Dios por el tierno agradecimiento con que las conserva. Ved aquí la religion considerada en Dios que debe ser adorado, y en el hombre que debe adorarle. De esta idea sencilla , pero sólida é indubitable , se deducen evidentemente es- tas consecuencias : luego la religion es una luz: luego la religion es una regla. Es una luz que ilustra nuestro espírita : es una regla que rectifica nuestro corazon. Podrán negarse unas consecuencias tan sensibles y evidentemente verdaderas ? Pues ahora yo añado, que si-no hay una revelacion, está la religion natural tan lejos de ilustrar nuestro espíritu, que nos arroja y sumerje en las mas os- curas tinieblas ; y sino hay una revelacion , la religion en vez de rectificar nuestro espíritu , nos conduce a los mas deplorables es- travios. Dos principios, que bien probados, demostrarán la insu- ficiencia de la religion natural, y la necesidad absoluta y precisa de la revelacion. Acabo de decir , y lo repito, que faltando la revelacion , la re- ligion no haria mas que sumergirnos en las mas oscuras tinieblas sobre la divinidad , sobre el culto y la moral. Reflexionad que la religion, su conocimiento y su observancia, es de una necesidad indispensable para todos los hombres, para todos los estados, para todos los pueblos: es necesaria en los sencillos cultivadores del cam- po, y en los políticos mas profundos: todos los hombres somos hijos de nuestro Padre celestial, todos tenemos obligacion de honrárle con nuestros cultos religiosos: todos debemos conocer y cumplir nues- tras obligaciones para con Dios, para con nosotros mismos y para con nuestros semejantes. Luego si Dios no nos ha revelado estas tres obligaciones, ved ahí al hombre entregado á las perplejidades mas horribles: ved ahí al hombre reducido á uno de estos dos es- tremos: á seguir una religion arbitraria, ó formarse un sistema de religion. Esinevitable esta formidable alternativa, si se niega la divina re velacion. Si él sigue una relacion arbitraria se espone á ofrecer á Dios un culto impuro é insuficiente, á seguir una mo- ral viciosa y criminal, y conformarse una religion compuesta de vicios y estravagancias. Muchos siglos há que el mundo idólatra y.

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