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26 SOBRE LA NECESIDAD tradiccion consigo mismo , y que hacer á Dios autor ó aprobante de todas estas religiones, es hacerle un sér absurdo y estravagan- te, que mira caprichosamente una misma cosa , ya como verdad, ya como mentira: ya como un crímen , y ya como virtud. Es sin duda evidente que entre todas estas religiones no puede haber-mas que una que sea verdadera y aprobada de Dios. La verdad , sien- do una é indivisible, no puede hallarse al mismo tiempo en reli- giones contradictoriamente opuestas; pues no habiendo mas que un Dios , no puede haber mas que una sola regla de fé, que son las verdades y divinos misterios que nos ha manifestado su adora- ble Majestad , que es la verdad por esencia: ni puede haber mas que una regla de costumbres , que son las leyes y preceptos que ha intimado la voluntad eterna del que es la bondad suma. Evi- dentemente resulta de este prodijioso encadenamiento de verdades, que la multiplicidad de religiones es incompatible con la idea que tenemos de Dios ; y hacerle autor de todas ellas, es lo mismo que atribuirle todos los vicios, todas las estravagancias , todas las con- tradicciones que en semejantes religiones ha visto y admirado el universo. En suma, admitir el tolerantismo dogmático ó religioso, es no tener ideas verdaderas de la divinidad, ó establecer la irreligion. En el tribunal del buen juicio, y en la cátedra de la sana razon, lo mismo vale un indio estúpido incensando en sus adoratorios á los idolos, que un tolerante declarándose indiferente por todas las re- ligiones. El idólatra hace dioses de piedra ó de madera, que tie— nen ojos y no ven, lengua y no hablan , oidos y no oyen, piés y manos y no las mueven; y el tolerante hace un Dios absurdo y contradictorio. El idólatra no prevarica en su culto, sino por su culto mismo, y el tolerante prevarica, cuanto está de su parte, por todos los cultos impuros é insuficientes que aprueba y autori= za. El idólatra conserva una religion falsa en que le educaron, porque en su corazon conserva el gérmen de que hay una religion verdadera: el tolerante mira con indiferencia todas las religiones; porque ha ahogado en su espíritu todo principio de religion. El idólatra se aparta mas que el tolerante del buen sentido y la razon; pero el tolerante se aparta mas que el idolatra de la religion y de la bienaventuranza, No nos detengamos mas. Si no nos obstinamos en negar las evidencias, es menester confesar de buena fé, que hay un solo Dios y una sola religion como lo dejamos demostrado: réstanos hacer palpable, que esta única, sola y verdadera religion ha de ser precisamente revelada. Esta es la materia de la
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