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354 SOBRE LA PASION abrrogada , han desaparecido sus sacrificios, se han reprobado sus ceremonias y sus misterios: sus solemnidades y sacramentos ya son impuros y profanos : el templo magnífico de Jerusalen se halla abandonado del Señor, su sacerdocio eternamente suprimido, y toda la Sinagoga dispersada. Consummatum est. La ley nueva se vé sólidamente establecida, el nuevo Testamento va á ser por todo el mundo publicado, el Evangelio ha sucedido á la ley de Moisés, el velo de las antiguas Escrituras se ha rasgado: un nuevo órden de cosas, un órden mas perfecto y mas sublime va á sustituir al método antiguo, de hoy en adelante la oblacion de los sacrificios sera mas pura, la víctima mas preciosa , el sacerdocio mas santo , el pueblo mas fiel, las ce- remonias mas nobles, los sacramentos mas eficaces, los templos mas augustos , las leyes mas perfectas , las gracias mas fuertes, la alianza mas estrecha, y el espíritu de hijos de adopcion reinará en lagar del espíritu de rigor que hacia esclavos. Consummalum est. Todo se ha acabado. Jesus muriendo en la cruz ha triunfado gloriosamente de todos sus enemigos, ha con- quistado enteramente su reino : la idolatría ha recibido una herida mortal, la sabiduría de los filósofos queda confundida, los oráculos de los ídolos van á enmudecer, los demonios, la muerte, el peca- do y el infierno quedan vencidos, destruidos y cerrados. Consummatum est. Todo se acabó. El decreto de nuestra conde- nacion no subsiste, ya la sangre de Jesucristo le ha fijado en la santa cruz: nuestras deudas quedan pagadas , el mundo rescatado de la esclavitud de la culpa, el cielo reconciliado con la tierra, la justicia del Eterno Padre superabundantemente satisfecha , la me- dida. de los sufrimientos de su amado Hijo llegó á su colmo, su mision está felizmente concluida, y el curso de su ministerio se ha finalizado dichosamente : Consummatum est. Pobres pecadores de mi alma , cuando en el término de vues- tra vida se os diga: ya se acabaron los gustos, los placeres, los entretenimientos, los vicios y los desórdenes, y se van á empezar los tormentos eternos á donde os conducen vuestras culpas; cuál será vuestro espanto ? Qué respondereis entonces? Qué partido querriais tomar? Para llorar vuestros pecados ya no hay tiempo: para hacer penitencia no hay tiempo : para conseguir la divina mi- sericordia no es tiempo. Ay, ay de vosotros si en el tiempo opor- tuno no buscais á Dios! Ay de vosotros, si esperais á buscarle cuando nose le: puede hallar ! Y vosotros, justos , consolaos con las