BCCSAL000549-A-09000000000000
352 SOBRE La PASION Et in siti mea potaverunt me ucelu. Pues. Dios mio, si teneis sed de padecer por las almas: si teneis sed de almas , consolaos , que ahí teneis un nuevo pueblo que viene de las cuatro partes del mundo á militar bajo el estandarte de la cruz. El recibirá vuestro Evangelio mantendrá el culto de vuestra religion, dará la vida por vuestra fé, y la transmitirá entoda su pureza á los siglos mas remotos. Hablad- le, Señor, alguna palabra de vida antes de vuestra muerte. Mu- lier ecce filius tuus. Mujer , dijo Jesus á su Beatísima Madre María Santísima, ahí teneis un nuevo hijo representado en Juan mi dis- cípulo, y en esos nuevos creyentes que viene á la fé: miradlos como á hijos: defenderlos como á hijos, amadlos como á hijos: Deinde, dicit discipulo: Ecce Mater tua. Y tú, discípulo mio, y vosotros todos cuántos forimais mi Iglesia, tened por madre á mi Madre, amadla como:á Madre, obedecedla, servidla, re- verenciadla y oidla como á Madre, como á Señora como á Pro- tectora, como á Maestra, como á Pastora divina de las almas, de quienes yo soy el buen Pastor que doy la vida por ellas: Lcce mater tua. Pero, hermanos mios, qué nueva voz oimos ahora en ej Calvario? Nuestro Salvador Jesus ha conservado sobre la cruz hasta este punto su carácter de dulzura y beneficencia. Toda la malicia de los hombres , y todo el furor de los demonios no han po- dido turbar la paz de su benditísima alma. Ni los soldados, ni los verdugos, ni los tormentos, ni las blasfemias, ni los clavos, ni la corona de espinas, ni la cruz le han precisado á levantar la voz: solo vos , oh Padre Eterno, solamente vos le obligais mirándole con inflexibilidad desde lo alto del cielo, á clamar con lágrimas y de- ciros : Padre mio, Padre mio, por qué me has desamparado? Oh voz admirable! Oh palabra misteriosa, y cuánto nos enseñas! La humanidad de Jesucristo se hallaba unida á la divinidad : gozaba la vision beatífica: miraba intuitivamente la divina esencia : Jesucris- to era verdaderamente Dios; y si padecia era por un prodigio de la omnipotencia , que tenia como represadas en lo superior del al- ma las delicias eternas que gozaba: era Jesus, por un milagro grande y asombroso, viador y comprensor. Nos enseño, pues, con esta palabra la terribilidad espantosísima de un pecador abandona- do de Dios en el punto de la muerte, para que todos buscásemo* ú'su Divina Majestad en el tiempo oportuno para hallarle: para que imitásemos al buen Ladron, que ilustrado con la luz de la fé que le comunicó el Señor, reprende á su compañero porque tambien blas- femaba de Jesus: se declara digno de muerte por sus delitos, que
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz