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342 SOBRE LA PASION os medirá, teniendo por locura en su adorable presencia la orgu- llosa sabiduría de los mortales. Viendo Pilatos que este espediente no le salió segun pensaba, elijió otro, y fué decirles á los judios : Ya sabeis que por la Pascua en que nos hallamos ha sido costumbre dar libertad á un reo. Yo tengo preso á Barrabás, que como vosotros sabeis , es un insigne ladron, un hombre revoltoso , un homicida y un enemigo comun: vosotros me presentais á Jesus, que es un hombre humilde, benig- no, inocente, que á todos ha hecho bien y á nadie mal: Quem vul- tis vobis dimittam? A cuál de los dos quereis que ponga en libertad? Le pareció sin duda á Pilatos que no habria en que dudar: creyó firmemente que quedaria libre Jesus, servida su mujer, que le ha- bia hablado á su favor, y el mismo Pilatos sin la opresion y zozo- bra en que se hallaba su espíritu por: la idea que habia formado de que Jesus era un hombre justo, Pero nada menos aconteció que lo que pensaba Pilatos: levantan el grito aquellos hombres ingratos, y piden la libertad de Barrabás: Von hunc, sed Barabbam. Venga Barrabás y muera Jesus: quede libre Barrabás y poned en una cruz á Jesus. Cielos, cómo no os desplomásteis sobre la tierra! Abismos , cómo no sumergísteis en vuestros mas profundos senos á unas lenguas tan sacríilegas! Pero ay! Cuántas veces en medio del cristianismo se hace una eleccion tan asombrosamente injusta ! Hombres soberbios, cuántas veces elejís la venganza de un agravio en contraposieion del amor que os prescribe Jesucristo? Cuántas veces, hombres sensuales, os abalanzais á los mas brutales escesos de vuestra concupiscencia, de yuestra gula y de vuestra envidia, atropellando la venerable persona del Salvador, que os manda ser castos , sóbrios y carita- tivos? Cuántas veces, oh mujeres, elejís el Barrabás de un mal hombre que os pierde, os deshonra y os condena , dejando á Jesus que con su casto amor os llama y os convida? Cuántas veces , pe- sando en falsas balanzas todas las cosas, alabais el vicio y vilipen- diais la virtud? Cuántas veces adulais al malvado y atribulais al justo ? No es esto ser mas reprensibles que los endurecidos judios? Sim duda alguna Ellos carecian de las luces de la fé divina, y no creian que Jesus era Dios; y vosotros , ereyéndole y confesándole por tal, le posponeis á un pecado. Entended , pues, vosotras, al- mas piadosas, que el quinto paso de la vida espiritual, es callar con Jesus: es no hacer caso con Jesus de los errados dictámenes de los hombres: es fijar con rectitud la intencion en solo Dios y obrar
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