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A a 330 SOBRE LA PASION beneficio. Pero vosotros, oh felicisimos predestinados, que logra- reis el beneficio de la redencion, alabad al Todopoderoso, y dadle eternas gracias por tan encumbrado favor. Y vos, dulcísimo Hijo mio, dad los brazos por la última vez á vuestra alijida Madre. Sí, Madre mia , respondió Jesus , y dándose un estrecho abrazo se des- pidieron con el mas intenso dolor. Ved aquí, amados mios, el primer paso que ha de dar una alma que se determina á seguir á Jesucristo con una vida perfec- tamente cristiana. No solo ha de abandonar el partido de la culpa y cuanto tenga resabios de tal, como diversiones pecaminosas, juegos escesivos , galas no correspondientes, amistades espueslas, conversaciones malignas , y las obras inícuas; sino tambien debe desprender su corazon de todo lo terreno, dejando con el afecto todo lo temporal , y renunciando á cuanto posea en el mundo. Así lo dicta con terminantes palabras el mismo Jesucristo: el que no renuncia , dice, á todas las cosas que posee, no puede ser mi dis- cípulo. (4) Y si los amigos , los parientes y los propios padres im— piden seguir la voz de Dios , tambien se han de dejar, para ser enteramente del Señor, como lo hicieron los. hijos del Zehedeo que abandonaron las redes y á su mismo padre para seguir al Señor que los llamaba. (2) En suma, el que quiera entablar una vida verdaderamente cristiana . todo lo ha de sacrificar por Jesu= cristo, pues nunca será digno de su amor el que pone Su Corazok en las crialuras. ll. Llegó Jesus con sus discípulos al huerto de Jethsemaní , y dejando á ocho de ellos juntos , se apartó con los tres mas queri- dos , Pedro , Juan y Santiago , que habian asistido con su Majes tad en la transliguracion gloriosa del Tabor. Manifestóles la aflic- ciow de que se hallaba cercada su alma benditísima: triste está mi alma , les dijo, hasta la muerte: velad vosotros y orad para no caer en la tentacion; y apartándose tambien de ellos como á la distancia de un tiro de piedra , se postró en tierra, y dió principio á su oracion. Ok! cristianos mios muy amados , considerad que está postrado en tierra el Hijo de Dios , y Dios verdadero, ag0- viado con el enorme peso de nuestras culpas: postrado está espo- niéndose á los golpes de la indignacion divina : postrado está be- (1) Qui non renuntial omnibus que possidet, non potest meus esse discipulus. (Luce, c. XIV. v. 33.) (2) Relictis retibus et patre , secuti sunt eum. (Matth. e. IV, v. 22.)
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