BCCSAL000549-A-09000000000000

DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO. 329 miento á todas las antiguas figuras y profecías. Ya sabeis, Señora, que tengo ofrecido á las almas en testamento su redencion y su gloria, y que es forzoso se verifique la muerte del testador para que tenga su fuerza y valor el testamento. Voy , Madre mia, á morir por la redencion del linage humano : voy á morir de mi voluntad, y por cumplir la de mi Eterno Padre: voy á morir, pero quiero antes, amable Madre mia, que me deis vuestra licencia y bendicion. Quién podrá esplicar, cristianos oyentes, el dolor, la pena y la tristeza de María Santísima al escuchar á su unigénito y amadísimo Hijo? Sin duda hubiera muerto de sentimiento, dice San Anselmo, si Dios milagrosamente no la hubiera conservado la vida. Pero sabiendo la prudentísima Reina que no habia otro tri- bunal superior á quien poder apelar, y que esta era la voluntad del Eterno Padre, se postró á los piés de su Santísimo Hijo, y be- sándoselos con suma reverencia habló , y le dijo: Señor y Dios al- tísimo, autor de todo lo que tiene sér, yo soy una esclava vuestra, aunque sois Hijo de mis entrañas, porque vuestra dignacion me levantó con inefable amor del polvo á la dignidad de Madre vues- tra; razon será que este vil gusanillo sea reconocido á vuestra liz beral clemencia, y que obedezca puntual al divino querer, yá vuestro beneplácito eterno y soberano; y asi, Hijo mio amantísi- mo, yo me ofrezco y me resigno para que en mí como en vos se ejecute en todo y por todo la voluntad de vuestro Eterno Padre. El mayor sacrificio que os puedo yo ofrecer, será el no morir con vos, y el que no se truequen estas suertes , muriendo yO y que- dando vos con vida , pues sois inocente Cordero y figura de la sus- tancia de vuestro Eterno Padre; pero ya que esto no pueda ser, nj el morir en vuestra compañía, permitidme á lo menos, oh Hijo mio, el que yo os vea padecer y morir por la redención del linage hu= mano, para que me sirva de prolongado martirio el no poder olvi= dar jamás vuestros tormentos : veán mis ojos la crueldad inhumana de la culpa de Adan ejecutada por manos de vuestros mayores ene- migos en vuestra dignísima persona. Y vos, oh Eterno Padre aceptad y recibid el sacrificio de mis deseos en compañía de los de vuestro Unigénito y mio. Oh cielos y elementos con todas las cria- turas que estais en ellos! Oh espíritus soberanos . santos patriar- cas, profetas y demas justos, ayudadme á llorar la muerte de mi amado! Y llorad tambien conmigo la infelicidad y desdicha delos réprobos, que despues de ser la causa de esta muerte, han de perder la eterna vida por no querer aprovecharse de tan singúlar