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304 PLATICA: DE LA PENITENCIA. veremos que ellos obedecen a Dios en sus santos preceptos, en. sus saludables consejos, y en sus divinas inspiraciones: esto mismo de- hemos hacer nosotros. Ellos oran y claman á Dios en sus necesida. des y apuros: ellos frecuentan los santos Sacramentos, asisten: de- votos á los templos, cumplen exactamente. las obligaciones de su estado, de su ejemplo y de su oficio : edifican á sus prójimos con su buena conducta, y viven subordinados á las polestades legítimas que el Señor les ha dado sobre la tierra: ved lo que debemos prac- ticar tambien nosotros. Ellos son laboriosos , veraces, humildes, benignos y pacílicos: sou padres vigilantes, esposos amables, ami- gos fieles, criados obedientes, amos caritativos , y hombres ir- reprensibles: ved la norma de vuestra conducta para en adelante. Ellos se apartan de lastabernas, huyen de los juegos perjudiciales» no asisten á los bailes indecentes, no aumentan con su presencia las concurrencias de las gentes en quienes reina el placer de los sentidos, el desahogo en las palabras, la soltura é inmodestia en las acciones y vestidos: ellos evitan los fraudes, los engaños y las méntiras en sus tratos con los-otros hombres, en las compras, ven- tas, precios, medidas y pesos: en su boca se encuentra la verdad, la fidelidad en sus manos, en sus promesas la buena fé,. en su co- razon la ingenuidad, y eo:su espíritu la religion. Siguiéndolos vos- otros, no volvereis á estraviaros en el camino de la vida: llegareis dichosamente á la muerte, que será preciosa en los ojos de Dios por haber sido en su gracia. Aquí teneis . carísimos oyentes, la mejor disciplina para vues- tra vida, la mortificacion mas útil y la penitencia mas necesaria. No es bastante para nuestra salvacion, Perpetrula mala plangere, como decia San Gregorio , llorar los pecados pasados : es Mmenes- ter que llorándolos , no los volvamos á cometer: El plangendo ite- rum:non commiltere. Es. menesler preveniros. con estas armas de luz, con este ejercicio de las virtudes, con esta fuga de los vicios, para pelear legítimamente en las batallas que en lo sucesivo nos presenten los infernales espíritus , nuestras propias pasiones y las falsas máximas del mundo. De lo contrario , decidme, qué mérito tendrán en la presencia de Dios vuestras procesiones, vuestras pe- nitencias y vuestras disciplinas, si apenas se pasa la Semana San- ta cuando vol veis á los mismos vicios y desórdenes que 08 domina - ban'antes de la cuaresma? Qué objeto será lan abominable al Se- or verá unos hombres que acaban de conducir en sus hombros las venerables imágenes de Jesus en el huerto , orando á su Eter-
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