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292 SOBRE La NEGACION Quod illi faciebant facere simulat, ut unus de domesticis Pontifici esse videretur. Qué lástima ! Qué mas podemos ya decir? Peligros en el sitio: peligros en los concurrentes: y Pedro por su gusto, por su voluntad, porque quiere, se entra en estos peligros , no huye de estos riesgos, y se abalanza á estos precipicios: cayó Pedro la tercera vez en ellos, y negó la tercera vez á Jesucristo, porque el que ama el peligro, dice el Señor, en él perecerá. Qui amat periculum, in illo peribil. Graw verdad , hermanos mios | Verdad asombrosamente gran- de! Pero verdad que afectan desconocer los amadores del mun- do. Lejos de huir de los peligros, de apartarse de los riesgos, y aborrecer las málas compañías , las buscan, las pretenden, se entran voluntariamente en ellas , y quieren persuadirnos su segu- ridad con la ceguedad mas lamentable. Concurro, dicen, á los teatros , entiendo todo el arte de los actores, toda la conducta de las actrices, todo el fondo de los asuntos, todos los conjuntos y adminiculos de la funciones teatrales para mantener la ilusion, y conmover las pasiones; pero «para mi todo. esto es indiferente, Asisto á los bailes, busco én ellos el objeto mas agradable á los sentidos; proporciono su conversacion, procuro su amistad , nos comunicamos con los ojos los afectos del corazon; pero todo esto nó pasa de un entretenimiento inocente. Frecuento las visitas de una persona del sexo mas frágil, cuya condicion me acomoda, cuyo génio me gusta, cuyo tralo me entretiene dulcemente algu- nas horas del dia ; pero no caigo, pero no peco, pero no ofendo a Dios. Mentira, ceguedad y obstinación. Tiemblan las columnas de santidad en los desiertos, arden los yelos de los estanques monás- ticos al vistumbre de un relámpago, al trascunte vuelo de un pen- samiento, de una idea ya antigua, de una vista casual : y vosotros enmedio de las tempestades , vosotros rodeados de fuego , ni sen- tís sus ardores, ni temeis sumergiros? Estraña ¡insensibilidad! Manteneis juegos ruinosos , gustais de convites espléndidos , rom- peis costosas galas, usais muebles y trenes magníficos; y ni la gula os domina, ni la vanidad os arrastra, ni la soberbia 0s pre- cipita? Raro misterio escondido á todos los santos desde el princi- pio del mundo ! Las horas enteras en las fondas ó en los.cafés, las noches en las tertulias, y huyendo muchos dias con cualquiera pretesto de la' oficina ; del taller , del campo ,.de_la tienda, de la casa, y de aquella obligacion respectiva de cada uno; y no mur- murats, y no malgastais el patrimonio, y no negais á Jesucristo,
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