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Y CONVERSION DE SAN PEDRO. 289 propias fuerzas: no recurrís al amparo del Señor, no contais con la asistencia de su divina gracia, abandonais el temor de Dios, y en breve os vemos abismados en la culpa, y entregados a la concu- piscencia de la carne, á la concupiscencia de los ojos y á la sober- bia de la vida. Aprended justos á temer á Dios, aprended á des- confiar de vuestras propias fuerzas, si no quereis imitar á Pedro en su primera negacion. La tibieza fué el segundo paso que dió San Pedro caminando hácia su ruina. Nada es mas perjudicial para los que pretenden servir á Dios que la tibieza del espíritu, decia un gran siervo del Señor. Ellvempieza por cosas pequeñas: una negligencia volunta- ria casi imperceptible basta para producirla; pero si no se cura presto, llega maravillosamente á aumentarse hasta un grado que hacé estremecer á cuantos lo consideran. Ella, decia San Isidoro de Sevilla; ha hecho caer en muchos errores á las almas. La tibie- za. dice San Lorenzo Justiniano, sofoca la caridad, apaga la de- vocion, debilita las virtudes, ciega los ojos del alma, agrava el cuerpo y enerva el espiritu. (1) Ella, decia San Bernardo , resfria la «caridad fraterna. ama los eontentamientos de la vida, huye con horror de las austeridades, se abraza gustosa con las costum- bres placenteras, disminuye cuanto puede el rigor y severidad de las leyes, y abandona el temor de Dios. Por ella, finalmente, dice el santo; sé precipita una alma desde lo mas alto de la virtud á lo mas ínfimo del vicio, desde el retrete mas aliñado de la casa has- ta el muladar , desde el trono al lugar inmundo , desde el cielo al cieno , y desde el Paraiso al infierno. (2) Parécele al hombre tibio que su vida no es tan eriminal como se dice, porque no vé en sí arandes desórdenes; pero no reflexiona el infeliz que su tibieza le conduce al aborrecimiento de Dios, al abandono de Dios, y á ser arrojado como por vómito de la boca de Dios. Utinam frigidus esses aut calidus, le dijo Dios por su:amado evangelista San Juan al obis- (1) Tepiditas charitatem sufocat , devotionem extinguit, virtutes debilitat , oculos cecat, agravat corpus, enerval mentem. (De Casto Connubio, €. XV.) (2) Refrigescit fraterna charitas, blanditur voluptas, spirilus ex- tinguitur , dissimulatur lex, derelinguitur timor Domini.... Postre- mo fin. saltus de exce lso in abyssum , de pavimento in sterquilinium, de solio in cloacam , de celo in cenum , de claustro in seculum , de paradiso in infernum. (Serm. | X0. super Cantic. in fine. 19
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