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DE -MARIA SANTISIMA. Y9 ojos moribundos al cielo y quejándose amorosamente á su Padre de que le ha desamparado. Decidme vosotros si «acaso teneis cora- zon sensible, hasta dónde llegaria la vehemencia del dolor en una Madre como María Santísima al escuchar á un Hijo como Jesucris- to, que un poco antes.d e morir le han desamparado; y que no se le permite á la Madre testificar públicamente su amor elerno, cor rer. á abrazarle, acercarle á su curazon y ocultarle dentro de su pecho ? Qué haceis, Señora 2 Vuestro Hijo dice :Consumatum est, ya se consumó el sacrificio; y dando una fuerte voz, entrega su espíritu en manos de su Eterno Padre, y muere. Y vos quedais con vida ?.Oh dolor! Y vos entregais á la muerte á vuestro Hijo por la vida de los hombres? Oh amor, qué prodigios son estos lan incomprensibles! Santos ángeles, bienaventurados espíritus del cielo, que como pasmados presenciásteis unos misterios tan dignos de la caridad de Dios, tan dolorosos para el compasivo corazon de su Madre y tan necesarios para nuestra redencion, decidnos si sa- beis, si hay dolor semejante á su dolor? Si hay dolores que tan continuamente aflijiesen , lan universalmente atormentasen y lan vehementemente martirizasen como los que padeció la Virgen? Esta dolorosísima Madre, mártir en el. alma?. Esta Reina de todos los mártires, como la llama toda la santa Iglesia ? O .vos omnes , qui transitis per. viam, altendite, el videte si est dolor sicul- dolor meus! Oh bienaventurados Bernardo y Buenaventura, comunicadme vuestros piadosos sentimientos, y prestadme vuestros devotos co- razones | Vosotros confesabais que os faltaban las fuerzas, que desfallecíais, que se partian vuestros Corazones de dolor con la memoria de los dolores: de María Santísima. Y. á-la verdad , €s menester un corazon mas que de piedra y una alma de bronce para no enternecerse y derretirse en lágrimas con los dolores de la Ma- dre y con la pasion y mueriedel Hijo: Quis possel non contristari. Christi matrem contemplari., dolentem cum filio? Quién no teniendo unas entrañas mas duras quelos diamantes, considerando que Je- sus padece por los pecados de los hombres y que su Madre se com- padece por lo.que su Hijo padece , por la causa que padece, por el modo y fin con que padece, no aborrecera los pecados, no con- fesará debidamente los pecados, no hará una verdadera penilencia por sus pecacos, sabiendo que de este modo.alivia á-la Madre y entra á la participacion de la redencion del Hijo? Eja Mater fons amoris, me sendire vun doloris, fac ut tecum lugeam. Alcanzádnos»

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