BCCSAL000549-A-09000000000000
MARIA SANLISIMA. 5 tus est , el non aperuil os suum. Si Abrahan ofrecia á Dios el sacri- ficio de un hijo, que era un hombre puro; la Virgen ofrecia al Eter- no Padre la víctima inmaculada de un Hombre-Dios que era su Hi- jo, y era al mismo tiempo la admiracion de los ángeles , el pasmo de los serafines, la esperanza de los patriarcas, el Mesías anun- ciado por los profetas , el Maestro de los apóstoles, el modelo de todos los predestinados: su Criador, su Redentor, su Esposo, su amado, su único y sumo hien. Si Isaac era inocente, lo era infini- tamente mas Jesucristo: era la misma inocencia , la suma inocen- cia, el cordero sin mancha, el impecable por su divinidad , impe- cable por la union hipostática, impecable por la vision beatífica. Si Abrahan habia de presenciar la muerte de su hijo, al fin Dios le libró de este incomparable tormento; pero á María Santísima, que vió efectivamente morir á Jesus, no en su casa, no en su cama asistido de tados los cuidados de su amable madre, no con una muerte dulce, serena y tranquila, sino oh Dios inmortal! en una cruz, rodeado de sus enemigos , blasfemado de unos, burlado de otros , coronado de espinas, traspasados sus piés y manos con du- ros clavos, y todo hecho un retablo de dolores. Hasta dónde llega- ria la continuacion de su dolor, y la universalidad de su dolor? Non videbo morienlem puerum , dijo Agar cuando se apartó de su hijo Ismael, dejándole solo en el monte por no verle morir. Soy tu madre, no tengo ánimo para que en mis brazos, ó á mi vista, aca- be sus breves dias. Me arrojan de casa de Abraban, yo lo sufro: me destierran pobre por ese mundo, yo lo tolero: me cargan con mi hijo, yo le abrazo; pero no pudiendo alimentarle, yo le aban- dono, me aparto de él en esta soledad, porque mi corazon no me permite verle morir: Von videbo morientem puerum. Asi hablaba aquella aflijida Madre; pero ay! que ni aun este débil consuelo podemos dar á la Vírgen. No solo no se aparta de su Hijo, sino que se acerca Ella le vé cargado con el madero santo de la cruz llegar fatigadísimo al Calvario : ella ye como cruelmente le desnu- dan la túnica inconsutil que la misma madre le habia hecho cuando niño, y como con violencia se la arrancan de sobre las llagas á que se habia pegado con lasangre: ella vé como se tiende sobre la cruz: ella oye los golpes del martillo que penetran con clavos sus piés y manos: oye la gritería de la gente cuando le levantan en alto cla vado ya en la cruz: ella le vé desfigurado, desnudo, y vertiendo arroyos de sangre de sus heridas: la Virgen vé, oye, siente, con- sidera, reflexiona, ama, padece.. .. Qué sé yo que os diga, ama-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz