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Y DEL, PECADOR... 24. namente sus misericordias. Hoy, santos y santas de la córte celes- tíal,, se aumentará vuestro número con una feliz criatura que si guió vuestros ejemplos en la tierra, imitó vuestras virtudes;, y re- cibirá vuestros premios. Hoy, Espíritus soberanos y ángeles bien- aventurados, conducireis al cielo el alma de una doncella. pura, de una casada fiel, de nna viuda virtuosa, de un hombre justo, de un religioso venerable, de un, sacerdote santo, que con vosotros verá á Dios, conocerá a Dios, amará á Dios , gozará en Dios todas las cosas, y cantará con vosotros las divinas misericordias por siglos sempiternos. Sube pues, oh.alma feliz, alma Luena y fiel, entra en el gozo de su Señor. Asi hablará el caritativo y celoso ministro de Jesucristo; y cerrando los ojos dulcemente á la vida,mortal y caduca el alma de aquella persona justa, se verá en un momento trasladada desde la estrecha y enferma cárcel de su cuerpo á los espacios inmensos de la gloria. Qué júbilos habrá en aquella lucidisima córte del sumo Rey de los cielos al entrar por aquellas. puertas .eternales!, Qué músicas tan suaves se escucharán para celebrar el triunfo de aque- lla alma sobre el poder del mundo, del demonio, y de la muertel Qué alabanzas darán todos los. bienayenturados al eterno Padre porque la crió, al eterno Hijo porque la redimió , y al eterno Es-, píritu Santo porque la santificó : á toda la Beatísima Trinidad por- que por su infinita misericordia la colocó en la gloria! Benedicho,, el claritas, et sapientia... El honor, la. virtud, dirán todos los bien- aventurados,.la gloria, la accion de gracias , la bendicion, la cla- ridad y la sabiduría sea.dada al omnipotente Dios, trinó , y uno; todas las criaturas que hay en el cielo, en la tierra y debajo. de lá tierra dén gloria á Dios, magnifiquen su, santo y terrible nombre, y alaben sus misericordias. Ay qué, muerte tán dulce! qué precioso trabsilo | qué deseable! Morialur anima mea morte justorum. Acabe yo, ob dulce Jesus mio, la peregrinacion de esta triste vida con la preciosa muerte de los justos. Alegre por lo pasado, contento por lo presente. y rego- cijado pór lo. futuro , sea yo.colocado en la suerte de los santos. Pero , infeliz de mí! Cómo me ha de tocar una dicha tan incompa- rable sin refrenar mis pasiones, sin contener eñ los justos límites mis apetitos, sin ser.caritalivo.con mis prójimos,, sin observar los preceptos del Omnipotente ? Qué ! Podré salvarme cón sola la fé de.los misterios de Dios, sin las buenas obras hechas con el auxi- lig,de su gracia? Podré salvarme sin ser humilde , sencillo, veraz,
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