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360 DE LA MUERTE DEL JUSTO Migúel, Sán Gabriel y San Rafae!, con todos los demas Espiritut” soberanos, te reciban en su feliz compañía: las puras virgenes; los santós confesóres, los gloriosos mártires, los apóstoles, los patriarcas y profetas, salgan á recibir tu alma dichosa, para qué seas entre ellos bienaventurado para siempre. “ Muya de tu presencia Satanás con todos sus ministros: nada halle de que acusarte en el tribunal del Omnipotente : confuso sé ocalte en las cavernas del abismo , y en el caos de la noche sempi- terna. El por su soberbia cayó desde el cielo á la tierra: tú por la húmildad súbirás desde la tierra al cielo: él por su desobediencia á los preceptos del Altisimo, fué arrojado á los infiernos: tú por la exacta observancia de la ley inmaculada del Señor, serás coloca- do en el Paraiso: él cón su pecado arrastró á la perdicion la ter- cera parte de los ángeles, “dándoles escándalo , y causándolos su ruina: (ú con el buén ejemplo de las virtudes, salvaste tu alma y la de tus prójimos: Hoy, oh Padre eterno, tendrás en tu gloria á una alma fiel 4 los preceptos dé tu santa é inmaculada ley, que agradecia el beneficio de haberla criado en medio del cristianismo dándóla á conocer tú voluntad siempre adorable y siempre justa. Hoy, oh Hijo etérno, récibirá en tu cielo úna alma redimida con to preciosa sangre que derramaste por ellay por nosotros en tu dolo= rosísima pasion y acerbísima muerte de cruz. Hoy oh eterno Espí- rítu Santo, darás la posésion de ta bienaventuranza á una alma di chosa, que adornada de tus dotes, de tus gracias y de tus virtte des, vivió irreprensible en sus costumbres, edificó á sus prójimos y procuró el acrecentamiénto de la mayor gloria de su Dios. Hoy. Virgen Santísima; esperimentareis el gozo accidental de recibir á uri devoto vuéstió en vuestra amable compañía, de conducirle al pié del tróno déOmnipotente, donde vea á Dios, y escuche su: fe- liz suérie pór toda la éternidad, y darle luego: la posesion dé “su dicha inámisible 6 invariáble ¡; dónde 'alabe á su Dios; y cante eterz á 103 moribundos , no levanten demasiado la Voz / ni de una vez hablen largos tazonamientos. La debilidad de“los sentidos: del enfermo, yla perturbación de sus potencias, no les permite sufrir aquellos gritos tan destompasados que, no pocas veces escuchamos: Menos inconveniente hay.en que no oigan alguna palabra, que el que se incomoden éirriten ¿ con muchas.. Si oyen, para qué es levantar la voz ? Si,no oyen, á qué fin largos discursos? Una espresion dulce, un acto de virtud amorosas mente pronunciado, y de cuando en cuando repetido, me parece lo ma- oportuno. Lo contrario sé que ha producido gravisimos inconvenientes.