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Y DEL “PECADOR. £53 y porel castigo-de lo futuro, que Je desespera; y que la muerte del justo fuese preciosa en los ojos de Dios por el consuelo que le dan sus costumbres pasadas , sus alegrias presentes y la certidumbre de las promesas venideras. Mors peccatorum pessima. Preciosa in conspectu Domini mors Santorum ejus. Hemos visto lo primero, procuremos reflexionar sobre lo segundo. MUERTE DEL JUSTO. Acabamos de ver, hermanos:carísimos, la pésima muerte de un pecador, y que la memoria de sa'mala couducta le aflije sobre manera , el dolor. de lo presente le atormenta al mirarse abandona- do del Criador y. las criaturas, y la esperiencia triste de una sen tencia irrevocable en lo porvenir le desespera. Horroriza y espan- ta una muerte tan amarga! Una muerte tan infeliz y desdichada! Oh qué diferente es la de los justos! Despues de una vida breve, pero llena de buenas obras: despues de unos pocos años acompaña— dos de trabajos , tribulaciones, pobreza y persecuciones padecidas por amor de Dios y por el camplimiento exacto de sus obligaciones, se les llega como á todos los mortales el término de su peregrina cion sobre la:tierra.-El testimonio de su buena conciencia es;.comó decia San Pablo, toda su gloria: sú buena conciencia produce en el alma aquel: dulce sosiego, aquella tranquilidad. tan apreciable; aquella confianza firme en las divinas misericordias , y aquella for- taleza incontranstable para rechazar y veucer los combates de sus interiores y esteriores enemigos. Quid adstas cruenta bestia? Nihil in me, fúneste, reperies , podrán decir .eon-San Martin, ilustre obis- po Turonense.' Qué haces aqui, bestia cruel, ó que esperas de mí, espíritu infernal? Vuélvete á tus calabozos sempiternos , porque no hallarás en mi conducta nada que no sea recto y justo. No me re- prende mi corazon, dirán' conel Santo Job, en todos los pasos de mi vida; porque si por desgracia me precipité en-algunos desór- denes: si mijuventud «estuvo acompañada de algunos delitos: si cometí algunos pecados ,-la misericordia de- Dios me comunicó los auxilios de su gracia por los méritos de Jesucristo, en cuya san- gre fuí bautizado, y quedé mas limpio que la nieve: su divina gracia triunfó de mi malicia, y Los feutos dignos de penitencia que produjo én mi alma, me volvieroa á la a mistad de mi Dios + en ella he perseyverado hasta la muerte. y espero sea mia la eterna