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Y DEL PECADOR. 251 y que mos hallaremos en su amistad, Lo deseawos asi; mas no lo sabemos con toda certidumbre. Nuestra conciencia nos da un tes- timonio fayorable; pero ay! que no podemos justificarnos por eso. Es Dios quien nos ha de juzgar: él ve infivitas cosas en nuestro corazon , que nosotros no percibimos. Quién entiende sus delitos ocultos? Quién ba comprendido jamás la estension, la universali- dad y la gravedad de los pecados que han podido seguirse de nues- tros escándalos? Si Dios halló maldad en sus ángeles, qué hallará en los hombres? Sed non in hoc justificatus sum: qui autem judicat me Dominus est. Asi hablan los justos, asi tiemblan los santos, cómo hablarán y temblarán los pecadores? Infelices cuantos dila- ten temerariamente su conversion para aquellos últimos momen- tos! Infelices de ellos para siempre! Oprimidos por la violencia de su enfermedad que toca ya en su término, llegarán á la agonía. Cubiertos de un sudor frio y mortal, desaparecerá el pulso, falta- rán las fuerzas del cuerpo, se turbarán las potencias del alma, y se acercará el momento que va á decidir de su suerte por toda la eternidad. Correrá entonces abrasado en caridad el ministro de Je- sucristo, y presentará á aquellos ojos moribundos la imágen de un Dios puesto en una cruz por la salud de los hombres. Le inspirará pensamientos de confianza en la divina misericordia : le procurará mover á la detestacion de sus culpas: lleno de lágrimas tiernas y compasivas tratará de arrancarlas del endurecido corazon de aquel triste pecador, y le hablará con aquellas dulcisimas palabras que la Santa Iglesia tiene reservadas para aquel terrible instante. Pro- ficiscere anima christiana de hoc mundo: Camina alma cristiana des- de este mundo al cielo enel nombre del Padre que te crió: en el nombre de Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por tí padeció : en el nombre del Espíritu Santo que se te comunicó. Proficiscere en el nombre de todos los ángeles y espíritus soberanos, en el nom- bre de los patriarcas y profetas, en el de los apóstoles y evange- listas, mártires, confesores, vírgenes y todos los demas santos y santas del Señor. Hoy consigas tu-descanso en el seno de la paz: hoy sea tu habitacion en la Sion de los cielos, y logres la vista de tu Dios, el conocimiento de tu Dios, el amor de tu Dios y la fruicion y gozo de tu Dios. Yo te encomiendo, ó alma cristianu, al Señor Dios omnipotente. Su criatura eres, vuelve dichosamente á las manos de tu Criador. Jesus mio, amable Je- sus mio, recibe en el seno de tu misericordia el espíritu de es- te. pobre pecador. Proficiscere «anima christiama de hoc mundo.

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