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2365 SOBRE EL DESAMPARO DE DIOS Oh amados oyentes mios, y qué sentimiento para mi corazon es ver como va cundiendo en nuestra España la infidelidad ! Las mas de las personas creen como á medias los misterios de la reli- gion, y otras los ponen en duda. Se hallan ya entre nuestros com. patriotas libertinos declarados, que razonan y deciden en las mas altas materias con la mas insolente temeridad: que tienen por mé- rito disputar de todo : que se precian de no creer como el vulgo, y propalan máximas abominables: se tienen entre manos los libros que debieran estar entre las brasas, sin que baste toda la vigilan cia y celo del mas íntegro y venerable tribunal para contener estos lamentables desórdenes. Mirad católicos, como se precipita el pe- cador de un abismo en otro; pues así procede , y se va adelantan- do la dureza del corazon; porque á la facilidad y seguridad se sigue la insaciabilidad de obrar mal , el estar siempre en disposicion de pecar, siempre desembarazado, sin cansarse y sin satisfacerse: cautiva su voluntad con las cadenas del vicio , no sabe mirar, ha- blar, dormir, obrar, ni pensar sin pecado. Ved aquí una alma abandonada de Dios, obstinada en sus pecados , que no dejará ja- más su depravado modo de vida, y que no se convertirá al Señor, porque ha llegado á un estado de impenitencia final, que es el fin que ahora veremos. Aquí es, católicos, donde pido toda vuestra atencion. Ya os he dicho en dos palabras, que la obstinacion y dureza del corazon van á parar en una impenitencia final: mirad como á las almas obstina- das las es tan propia la maldad , como su peso á la tierra: las es tan intrínseca , tan interior, que no solo no necesitan de quien las impela á pecar, peroni aun hay quien las pueda contener, ni que- da esperanza de que se podrán levantar algun dia; y esta es su mayor infelicidad. Sentirá la tierra el peso de su maldad, dice Isaías , caerán, y no procurarán levantarse : todos los pecadores se van al fondo en el naufragio de la culpa; pero algunos despues de cierto tiempo vuelven á salir y resucitar á la gracia : los otros se quedan hundidos y sin remision, y no vuelven á levantar cabe- za, como sucede á las almas endurecidas de que hablamos: unas almas privadas de ternura para compadecerse de sí mismas: unas almas destituidas de toda luz para conocer su mal estado : unas al- masincapaces de arrepentirse, de admitir un buen pensamiento ó un buen deseo de salvar su alma, de compungirse y llorar sus pe- cados en la presencia de Dios : esto es lo que quiere decir abando- no de Dios, estar endurecido por la propia obstinacion, y por la

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