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A LOS ENEMIGOS. 223 amor perdounaron las ofensas que les hicieron sus enemigos, y los amaron de todo su corazon por observar mis preceptos; y cerrando el Paraiso á tus venganzas , quedarás escluido de la gloria por toda la eternidad , y arrojado entre los tizones inestinguibles del abis- mo. Judicium sine misericordia , ¡li qui non fecit misericordiam. Qué lástima ! Qué dolor tan digno de liorarse con lágrimas de sangre! Compadeceos , pues, carísimos oyentes, de este pobre pe- cador desobediente al precepto de su Dios, que le intima amar á sus enemigos. Ego autem dico vobis : diligite inimicos vestros. Com- padeceos al verle rebelde al mandato de un Dios criador que de la nada le crió en medio del cristianismo , y le proveyó de todos los auxilios y socorros de la santa religion. Ego autem dico vobis : dili- gite. Compadeceos de un hombre desobediente al precepto de su divino Legislador, á quien obedecen los cielos con todos los plane- tas, la tierra con todas sus admirables producciones , el mar con todos los peces y los vientos con todas las aves. Ego autem dico vo- bis: diligite. Compadeceos,* por un efecto de vuestra caridad, de este triste pecador, ingrato á los beneficios de un Dios Redentor, que tomó la forma de hombre para padecer por el hombre, para morir y salvar al hombre , y todavía desestima , desatiende y des- precia el precepto de un Dios tan misericordioso y tan pródigo bienhechor de sus criaturas. Ego autem dico vobis: dithigte.-Com- padeceos de este hombre que contra el mandamiento del mejor de todos los padres, del mas sábio de todos los maestros, del mas bueno de todos los pastores, del mas cuidadoso de todos los médi- cos, del mas amable y amante de todos los esposos, se levanta osado y atrevido, y clama: Non serviam , ho quiero obedecer á su precepto: no quiero observar el divino mandamiento: no quiero amar á mis enemigos: Von serviam. Compadeceos al verle despre- ciar el premio de una vida feliz , el dulce sosiego del espíritu, de la paz del corazon en todas las situaciones de la vida y en todas las amarguras de la muerte: compadeceos al verle despreciar el per- don de los pecados, el amor verdadero del Señor , y la posesion de la eterna bienaventuranza : Non serviam. Compadeceos al mirarle con una vida inquieta, con un corazon rabiosamente despedazado de los furiosos remordimientos de su mala conciencia, y con una alma enemiga de sus prójimos, á quienes aborrece: enemiga de su Dios, a quien ofende: privada de los santos sacramentos, arrojada de la Iglesia, desheredada de la gloria, y destinada para arder eternamente como una tea inestinguible en las llamas del infierno:
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