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214 SOBRE LA OBLIGACION DE AMAR EL PREMIO. Confieso, hermanos mios , que siendo Dios un sér infinitamente perfecto, infinitamente puro, justo y santo, es menester que pro- hiba y castigue lo malo y mande y premie lo bueno. Su justicia soberana ha castigado el vicio y premiado la virtud en toda la car- rera dilatada de los siglos. Si veis premiada la inocencia de Abel, la religion de Seth y la santidad de Enoch, antes del diluvio; tam- bien adverlis el castigo de la desobediencia de Adan, de la cruel- dad de Caín y de la incontinencia de Lamech, Si admirais las gran- des misericordias de Dios para con la fé de Abraham, la sencillez de Isaac, la fidelidad de Jacob, la castidaá de José , la mansedum- bre de Moisés, la paciencia de Job y las virtudes que resplande- cieron en los demas patriarcas, en los profetas. y otras personaS ilustres del antiguo Testamento; tambien percibireis con espanto el incendio de los Sodomitas , la condenacion de Coré la muerte violenta de Semey , de Absalon, de Saul y otros innumerables des- graciados que por sus viciosos desórdenes fueron el objeto de Ta indignacion divina. A todos y cada uno de los israelitas les decia e] gran Moisés en nombre del Señor : Hé aquí que propongo á vués- tra vista la bendicion y la maldicion. La bendicion, si obedeciéseis á los preceptos del Señor vuestro Dios: y la maldicion, si uo los obedeciéseis. (1) Esta luminosa y grande verdad, en que resplan- decefadmirablemente la justicia y santidad de Dios, vemos tam- bien intimada en el nuevo Testamento. A todos y cada uno de los cristianos se les dice: si quereis entrar en la posesion de la vida eterna, guarda sus mandamientos. (2) Observáronlos con exactitad los santos apóstoles; los valerosos mártires, los fieles confesores, las puras vírgenes y todos los demas justos de la ley de gracia, y consiguieron la felicidad eterna. Omitieron la observancia dela ley ¡inmaculada del Señor los herejes , los cismáticos, los viciosos, los impuros, los crueles , los vengativos, los soberbios, los injustos y los demas miserables pecadores, y fué su posesion y herencia el (1) En propono in conspectu nostro hodie benedictionem et maledic- tionem. Benedictionem, si obedieritis mandatis Domini Dei vestri maledictionem, si non obedieritis. (Lib. Deuter. e. XI, v: 96.) (2) Si vis ad vitam ingredi, serva mandala....

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