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SOBRE LA ETERNIDAD. 201 jas culpas presentes? Será menos útil para precavernos contra las caidas futuras? Veámoslo en breve. El Espíritu Santo nos dice: Acuérdate de lus novísimos ó pos= ¡rimerías y no pecarás jamás; porque su memoria reprime las pa- siones, contiene los apetitos, hace huir de los peligros, y que el hombre no resbale ni caiga en las malas ocasiones que el mundo, el demonio y los perversos ejemplos le presentan. Memorare novis- sima tua el in eternum non pecabis. Verdaderamente, hermanos mios, que si con una fé viva y una meditacion profunda nos repre- sentásemos la muerte que en breve pondrá término á los placeres de la vida, que nos despojará de las riquezas, que nosseparará de los empleos, que nos desnudará de cuanto amábamos en la tierra: si nos figurásemos el juicio de Dios en que seremos menudamente examinados de nuestros pensamientos, de nuestras palabras y obras; aquel juicio rectísimo en que seremos con toda severidad sentenciados sin la menor tardanza, sin apelación ni recurso, y con- ducidos despues de él á un cielo para siempre por premio delas vir- tudes, ó á un infierno por los siglos de los siglos en castigo de nues- tros pecados: si sériamente pensásemos que caminamos sin la de- tencion de un solo momento á la casa de nuestra eternidad: sí, amados mios, de nuestra eternidad, de aquella eternidad que nosotros mismos nos disponemos con nuestros vicios ó nuestras vir- tudes, cómo seria posible que no viviéramos cuidadosos, preveni- dos y solícitos para noincurrir en cosa que nos hiciera eternamente infelices y desgraciados? No lo dudemos: este provechoso pensa= miento, dice San Cipriano, nos fortificaria para no dejarnos sedu- cir de los engañosos atractivos del pecado: llos munit, dice el santo, ul renuntient importunitatibus delictorum. (4) Representadle á un hombre, poseido de este santo pensamiento, deleites de los sentidos, teatros magníficos, bailes brillantes, galas esquisitas, or- questas suavísimas , juegos de grande interés; él lo renunciará todo con la mayor facilidad , porque su entendimiento, ilustrado con las luces de la fe, le demuestra inmediatamente que todo pasa como una sombra, que nada permanece, que todo es una pura vanidad. Ut renuntient importunitatibus delictorum. Ofrecedle empleos hono- ríficos del primer órden, dignidades eclesiásticas las mas distingui- das, grados militares los mas elevados, distinciones civiles las mas apetecidas en los pueblos; él temblará antes de admitirlas, y lejos (1) S. Cypr. de singul. Clericor.

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