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198 SOBRE LA ETERNIDAD. la eternidad. Pensad vosotros en ella si pretendeis salvaros: pensad en la eternidad, y vereis que ningun otro pensamiento es mas ne- cesario, ni mas útil para vuestra salvacion. Pero esto era cabal- mente la materia de la SEGUNDA PARTE. Como todos somos pecadores por origen, y pecadores por la corrupcion personal de nuestras malas costumbres , nos es de suma importancia un pensamiento que nos arranque de los vicios y nos haga obrar la virtud con el dolor de los pecados pasados , con la satisfaccion: de nuestras deudas presentes, y con la precaución de nuestras caidas futuras. Reflexionadlo bien, carísimos oyentes, y ballareis que nada nos es mas necesario, nada mas útil, nada mas importante para que logremos ser felices en la vida, felices en la muerte y mas felices por toda la eternidad. Nada haríamos con llorar la viciosa propension al pecado, que como fatal resulta de la culpa original heredamos de nuestros primeros padres, si no pro- curásemos satisfacer á la divina justicia por nuestros personales desórdenes con frutos dignos de penitencia; y esta seria muy poco permanente en nosotros, sicon una vigilancia y prudencia con- tinuas no nos precaviésemos para no reincidir en nuestras culpas. Pues yo sostengo que ningun otro pensamiento produce mejor estos tres admirables efectos que el pensamiento de la eternidad. Dadme , pues, un pecador, el mas enorme, acompañado de una viciosa inclinacion á toda culpa, con una propension terrible á la impureza, á la injusticia, á la soberbia : con unos hábitos vicio- sos 6 malas costumbres de jurar , maldecir, embriagarse y murmu- rar: con una pasion violenta por las galas , los juegos , los teatros y los placeres del mundo: un hombre avaro, ambicioso y arreba- tado, que haya omitido las obligaciones de su estado y abusado de los santos Sacramentos; si este hombre forma sobre sí mismo esla séria reflexion: yo me hallo en mal estado: yo conozco los justos remordimientos de mi conciencia en la que me acusan y condenan mis desórdenes: yo veo enojada la justicia de Dios contra mis vi- cios: la razon y la fé de comun acuerdo reprenden mis pecados; si acabo la vida envuelto en ellos, adios cielo , adios santos,: adios Jesucristo: todo lo perdí: para siempre seré condenado: siglos eternos de tormentos serán lajusta pena de mis delitos: ob necedad
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