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CONTRA LAS CAUSAS DE La La INCREDULIDAD. 159 obrar los milagros mas estupendos ; pues él dio vista a: los ciegos» oidoá los sordos, habla á los mudos, salud á los enfermos y vida á los muertos : él arrojó los demonios de los hombres, poseidos de estos tiranos huéspedes; él conoció los pensamientos mas ocultos de los corazones humanos , y sujetó á su voluntad los. elementos Asombroso mentir seria éste, nunca visto ni oido, ni escogitado de los hombres! Si dijo la verdad. pues nadie le pudo argúir de peca - do, nadie le pudo convencer de alguna falta, y todos á su pesar confesaron que obraba bien: si él era el modelo de todas las virtu- des y la misma verdad por esencia: si su doctrina era pura, per» fecta, sublime y santa, él era ciertamente Dios; pues él dijo lo que era y habló la verdad. Solo. un frenético podrá negar estos he- chos. Crede ergo evangeliste. No me parece fuera de propósito añadir á estas razones tan sencillas, tan claras y demostrativas la autoridad de vuestro maestro . á quienseguíis y venerais eomo orá- culo en los estravios, mas no en el conocimiento y confesion de la verdad. Escuchadle, que de esta suerte vuelve á hablaros : Cuando Platon: deseribió sa Justo imaginario cubierto de todos los opro- bios del crimen , siendo digno de todo el premio de la virtud, pare- ce:que no hace mas que describir exacta y menudamente á Jesu- cristo: salta la semejanza á los ojos de tal modo, que la conocieron no pocos de los Padres de la Iglesia , y no es posible engañarse en el retrato... Pero qué preocupaciones Y que ceguera .es necesario tener para atreverse á Comparar el hijo de Solronisa con el hijo de María? Cuánta distancia hay. del uno al otro!.... La muerte de Só- crates filosofando con sus amigos basta el último momento, fué la was dulce que se puede desear ; pero la muerte de Jesucristo. es pirando entre los tormentos, escarnecido , injuriado y maldiciéndo- le todo.el pueblo, fué la mas horrible que se puede temer. Sócra- les tomando el vaso de veneno, agradece al que sete llevó viéndo dole Horar; Jesucristo en medio del mas horroroso suplicio, pid: por los mismos que con la mayor saña y rabia ledan la mueri. A la verdad: si la muerte de Sócrates es de un sabi la yida tnuerte ue Jesucristo son de un Dios. » Lo habeis oido, hombres aturdidos? No acabais de es ha: vuestro maestro, que la vida y muerte de Jesucristo (ueror da y muerte de un Dios? No le acabais de oir, que el Eva; ua libro divino , que tiene un carácter de verdad, grande A = UNO $ table y evidente? Ay! La falta de vuestras luces, la pequeñez di vuestros talentos. la ninguna lecejo; le los libros santos. el ná
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