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SOBRE LA EXISTENCIA DE DIOS. 3 sucristo en la sagrada Eucaristía, como los luteranos y calvinistas. Ay de mí! no se trata de estos y otros puntos particulares en que quedaron gloriosamente vencedores los Osios de Córdoba, los Ata- nasios de Alejandría , los Nicolases de Mira , los Eusebios de Ver- celi, los Gerónimos de Belen , los Agustinos de Hypona , y otros Padres ; se trata.... qué horror! de derribar todo entero el baluarte de la religion: se trata de dar una batalla campal de poller á po- der: de una batalla decisiva, cuyo fruto sea el destierro de la fé, el olvido de toda la religion, y la independencia del hombre, de todas las leyes, de todos los cultos, y de todas las potestades, En una palabra , se trata de no admitir términos ni límites á las pa- siones y apetitos del corazon humano; y si para conseguirlo es menester negar la existencia de Dios, la inmortalidad del alma ra- cional, y toda religion divina y revelada, negarlo todo. No estrañeis, vuelvo á decir, que procuremos á imitacion de San Pablo, preservaros de este contagio que por la tibieza de la fé, y la relajacion de las costumbres , se ha hecho mayor de lo que comunmente se piensa: no estrañareis que obedeciendo al Príncipe de los apóstoles San Pedro demos razon de las verdades eternas que profesamos , y que tratemos de demostrar invencible mente la existencia de Dios, la necesidad de un culto , la verdad de una religion revelada, la autenticidad de los santos libros... y en suma , no debeis estrañar que siendo hijo de la Santa Iglesia Católica, Apostólica, Romana, me presente en batalla contra sus enemigos , y que trate de sostener la verdad, la santidad , y la divinidad de la religion que profeso. Si os parece temeridad que siendo yo el mas débil é ignorante de todos los hombres, arrostre un empeño tan árduo y peligroso , y que aparezca en mi nacion el primero con esta clase de sermones dogmáticos; yo responderé con toda mansedumbre : lo primero , que obedezeo á Dios que me manda no avergonzarme de confesar su divina palabra delante de los hombres: lo segundo , que cumplo lo que disponen San Pedro y San Pablo, conservando este sagrado depósito de la doctrina verdadera , y mostrándole á los que le necesitasen y pidiesen : lo tercero , que no todos los remedios son útiles en todos los tiempos, y para toda clase de enfermedades: en la edad de nuestros padres que tan firmes estaban en la fé, no habia necesidad de estos sermo- nes; pero en nuestros tristes dias, en que la incredulidad hace progresos , son precisos y necesarios : lo cuarto, yo conozco mi debilidad é ignorancia, y la arrogancia y faustuoso aparato de los