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SIBRE LA INMORTALIDAD DEL ALMA. 133 cion. Podo-cuerpo animal, todo cuerpo vejetal, y todo cuerpo mi- neral perecen por descomposición; separándose y disolviéndose las partes que componian el todo estando unidas, y desde que se disolvieron y separaton, va seacabó , va no existe aquel todo que antes habia. Por el'esceso de las lluvias rompe un caudaloso tio las márgenes que le ciñen ¡y corriendo impetuoso por los campos, derriba todos los editicios que encuentra. Bascan los moradorés'sus casas, despues qué: las aguas volvieron á su cauce,'mas no las en cuentran. Pues qué, se aniquilaron? Nada menos: Allí encuen- tran los techos en el suelo, las tejas quebradas, las maderas he- chas pedazos, las paredes caidas, y todas las demas partes de que se componia la casa; pero separadas, pero desunidas, pero dislo= cadas «de su sitio + por esta separación no existe ya la casa. ¿No veis aquí como perecen las cosas compuestas de partes por separa- cion y descomposición de las partes que: la compónian ? Evidente mente. Pues pasemos adelánte, y digamos que por aniquilacion perecen las almas de los brutos, sumergiéndolas el Criádor enla nada de que las habia sacado ; luegoque faltó el fin para “que las había criado, que era vivilicar y mamener'su cuerpo por cierto v limitado tiempo. Dios, como lo hemos evidenciado:én otro discarso; es un sér sabio, jasto y santo: un sér que nada hace'acaso y nada háce en vano, nada inútil. En vano seria conservar el alma de los brutos , inútil sería mantenerla; no teniendo ya finalguno que Hu nar.+Su tin era mantener y vivilicar:el cuerpo de' los brutos; pez recieron estos, y aniquilóse aquella; y ved'como la razon hamá- na va descubriendo por principios innegables la inmortalidad «de nuestras almas; porque teniendo estas despues dela muerte de su cuerpo un fin grande é importantísimo que llenar”, como es el co- nocer á Dios, y amarle por:todos-los siglos; deben: existir eterna - mente; sin que podamos hallar razon que exija su destruccion; ni de parte del cuerpo , ni de parte de la misma alma, ni de parte de Dios. En efecto, para que el alma: del hombré pereciera por parte del cuerpo, era menester que cuando el cuerpo perece por la corrupcion y separacion de sus partes, corrompiera y separára tambien las partes del alma; mas como esta ; por ser espiritual, carece de partes, y-es una sustancia simplicisima é indivisible la repugna esencialmente la corrupcion y separacion de las partes que no tiene. Luego por parte del cuerpo, es imposible destruir la inmortalidad del alma. Y habrá alguna razon por parte del alma? Véamoslo. Para que una cosa se corrompa, óperezca por sí misma
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