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121 SOBRE LA INMORTALIDAD DEL ALMA. se halla determinada por una fuerza secreta , pero irresistible á sus determinaciones, sino que es dueña de elegir éntre los partidos que se la ofrezcan, el que quiera; yo tomo por testigos de esta verdad á ellos mismos. Se les ha evidenciado la existencia de Dios, y la han creido: se les ha demostrado la necesidad de un culto y la verdad de una religion, y la han adwitido : se les dice ahora que este Dios y esta religion enseñan que el alma goza de la libertad, porque es inmortal, como resultar á despues, y lo niegan; y nolo admiten, ni lo creen. Ved ahí una evidente contradiccion entre sus obras y sus palabras, entre su sistema y su razon. Ellos admiten lo primero, porque quieren : ellos no admiten lo segundo, porque no quieren ellos son dueños de sus acciones para querer ó no querer como les pareciere: luego ellos son libres. No encuentro cómo la razon humana pueda negar una consecuencia: tan legítima. Si por galantería', si por vanidad de parecer superiores á: las que llaman preocupaciones vulgares, si por un estravío el mas' doloroso en el entendimiento: humano, tratasen de negarlo , ni podrian persua- dirlo'4'pueblo alguno, ni ellos mismos quedarian persuadidos do que hablaban con sinceridad. Elmundo entero, convencido de esta verdad los confundiria : todo el género humano , que jamás ha va- riado de ópinion'en este punto en' la carrerá dilatada de los siglos; se les opondria y daria en rostro con absurda necedad. De lo con trario, no serían los hombres responsables de sus acciones; 'ni al cielo ni á la tierra deberian dar cuenta de:sus vicios ni dé'sus vir= tades: los hombres entonces siempre harian loque debian: hacer, porqué no podrian jamás dejar de hacerlo que hacian; y. no:has bria'éntre ellos «ni bueños ¡ni malos oni eulpados ni inotentes,; :ni viétosos ni virtuosos, ni premios ni castigos. Todas las leyes del cielo y de la tierra' suponen ,: reconocen Y confiesan la libertad del hombre, y sin esta jámás se habria: discur rido cosa mas ridícula, mas injusta ní mas cruel, que las leyesque impusiesen penas á los malhechorés: Suponed que se. congregan con miticho aparato y majestad en el teatro de su tribunal una :porz cion dé Jueves para reprender y castigar á un hombre pot! una ací ción qué ni''és buena ni mala; por una acción que él: debió hacer y potqué: no podia dejar de hacerla: por una accion á quese "vió “immpetido "pot 'una fuerza -estraña: 6 irresistible: éóm- parece el qué llaman reo: le hablan los jueces; le afean su hurto, su honticidió', “su traicion: le imponen pena capital y y: él:á todo responde ; no tenia ni Lengó “libertad: no pude dejar de hacer-

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