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98 SOBRE LA SABIDURIA Y SANTIDAD palabras. En la cruz.... Pero, cristianos mios muy amados, leed vosotros el Evangelio y hallareis las verdades que os anuncio. Leed el Evangelio y encontrareis, si le leeis con profunda humildad, fé sencilla y corazon piadoso, rasgos aun mas brillantes de su sabidu- ría y santidad. Hallareis una infinidad de cosas, que mas bien se conocen que se esplican. Hallareis una sabiduría suma en sus pre- ceptos, en sus consejos, en sus máximas , en sus palabras y en sus exhortaciones. Una sabiduría no solo superior á la de todos los hombres mas sábios , sino infinitamente mayor que la de todos ellos juntos. Una sabiduría, en fin, digna de un Hombre-Dios. Hallarcis á Jesucristo , sí lecis el Evangelio, no solo exento de todo pecado, de todo vicio, de toda imperfeccion y de toda debilidad, sino acom- pañado de todas las virtudes. En vano buscareis las mas sobresa- lientes, porque todas lo fueron en sumo grado. En todas fué per- (eetísimo, en todas santo. Hallareis, por último, que los evange- listas nos dieron la historia mas cabal, mas hermosa y mas perfecta de Dios hecho hombre por amor del hombre. Historia verdadera, historia fiel, historia divina, historia inspirada por el mismo Dios para instruccion y santificación del hombre. Dad gloria á Dios, hijos mios, porque él solo es el sábio que destruve la sabiduria de los sábios del siglo, y pierde la prudencia de los prudentes segun la carne: él solo es el sábio que ilumina 4 todo hombre que viene á este mundo: él solo es la luz del mundo y la verdad por esencia : él conoce los corazones de los hombres, es- cudriña sus intenciones y pesa en balanzas justas su mérito: de la plenitud de su sabiduría hemos recibido todos la parte que se dig- nó comunicarnos. Dad gloria á Dios y bendec id su santo nombre, porque solo Dios es bueno, solo él es santo, él solo.es el Señor de los cielos y la tierra , de los ángeles y los hombres, y el bienhechor de todo el universo. Dadle honor, culto, reverencia, honra y ben- dicion, porque es santo en su esencia, santo en sus obras, santo en sus palabras, santo en sus determinaciones, santo enel lugar de Swmorada, santo en la ley que nos impone, y nos hace santos sj la obedecemos y cumplimos. Sed santos, hijos mios, pues podeis y debeis serlo. ayudados de su divina gracia. Santos son losángeles que le alaban'en el cielo, santos los bienaventurados que le cono- Cen, le-aman y le gozan en la gloria, y santos son los justos que le sirven en la tierra. Sancti estote , di ce el Señor, quonianm ego sanc- tus sum, Dominus Deus vester. Y vosotros incrédulos que os preciais de instruidos, quereis. ser

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