BCCSAL000531-F-05000000000000
955 turbacion, y el desconsuelo, Tal es, ¡oh Dios de misericordia! la situacion triste en que me en- cuentro. Tal es ¡oh Médico celes- tial! la enfermedad que tiene á mi alma á punto de morir eternamen- te, Ten, pues, misericordia de mí: da remedio á mis males, y robus- tece mi debilidad para no recaer en ellos. 9. Y según la multitud de lus piedades borra mi iniquidad. Abre tus oidos á los tristes la- mentos de mi alma , con que im- ploro la gran misericordia que tienes ofrecida á los que te bus» can arrepentidos de su pecado: una sola gota de aquella sangre preciosa que derramastes genero-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz