BCCSAL000531-F-05000000000000
166 quietud que pueda hacerlo fe- liz, y haz por último que todos llevemos gustosos el yugo santo de tus mandamientos. Á LA COMUNION. Paréceme, Jesus mio, verte desde el árbol de la Cruz ele- var tus ojos moribundos ácia el Cielo: y dando el último suspiro, que puso fin á tu pre- ciosa vida, asegurarme que mi redencion está ya consumada. ¿Puede darse un amor mas tierno, mas grande , y fuerte que el de mi Redentor? Este amor lo entregó al suplicio
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz