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+ a la Confesión general. :523 deseos' y propositos de perfeccióh hasta que la misma “conciencia re= muerday repruebe su misero estado. Para esta Confesión pues recibe las siguientes advertencias, de las qua- les podrás servirte conforme á tu necesidad. - 109 . | ] --L, Ocurre de ordinario que las Confesiones de aquellos que traen una vida tépida y relajada , son acompañadas de notables faltas por parte del examen que hacen muy corto y superficialmente, y con al- a. pasion se dejan muchos peca- dos, que se persuaden no ser cul- pa, porque no tienen voluntad de enmendarse de ellos. Por parte del dolor que no se le pide 4 Dios, ni se aplican con la debida considera- cion á poner de su parte los moti- vos y circunstancias requisitas pa- ra alcanzarle y concebirle. Por par- te del proposito, que no se hace quasi jamás de tal modo que sea universal, eficáz y constante, .mien- tras que no se pone alguno de aque- > Z3 os