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porla mañana. 421 te Ó de nuestro corazon, y en- tonces es obligacion de fidelidad ó de prudencia el callar la yer- dad; pero no se dará casó algu- no en que sea licito faltar á la verdad mintiendo. Es necesario | que la sinceridad sea siempre i acompañada de mucha circuns= peccion; porque aunque debemos ser. siempre. sincéros en todas, nuestras conversaciones , no €s necesario, con todo eso, quesiem- pre hablemos; y una sinceridad fuera de tiempo , acerca de cier- tas cosas que deben callarse , es una falta: de honestidad , de. ca- ridad , civilidad y prudencia, Quando se nos pregunta nues= tro parecer sobre una cosa que se juzga. digna de alabanza , se puede decir luego lo que se sien- te ; y una palabra de mas no ha- ce mucho al caso quando se tra= ta de alabar á otro ; pero sobre las cosas que juzgamos perjudi- ciales, se debe mostrar primero HI una Y AAA A